Ayer estuve en la fiesta de una amiga mia. Mis amigos estuvieron ahi tambien (gracias a... ¿Dios?). Llegué con mi novia, tomamos unos cuantos pistos y nos la pasamos muy bien.
A mis amigos ( y a mi tambien) nos gusta tomar bongs de cerveza, tambien tomamos shots y nos tomamos pistos de gilo. Es una tradición nuestra. En mi vida me he tomado al menos 120 shots, 20 bongs, y me he tomado de gilo entre 10 y 15 vasos. Cabe mencionar que no empecé mis fiestas tomandome un shot en una noche, sino empecé poco a poco; como casi todos.
Ayer paso algo fuera de lo normal. Mis amigos empezaron a tomarse bongs y yo no me quedé atrás. No me fascina el bong, pero me gusta la fiesta que ocasiona. Pero ayer, me sirvieron cerveza en el bong que debió ser más de dos cervezas de media, no se exactamente cuanto porque la cerveza era de barril, pero estaba lleno el bong, eso es seguro. No se si he tomado mas que eso en un solo bong, tal vez sí, pero ayer no fue como las otras veces. Cuando termine de tomar toda la cerveza, me voltié y empecé a sentir que no podía respirar por la cerveza que me llegaba a la garganta. Me tranquilicé y trate de respirar profundamente.
Lo siguiente que viene a mi memoria es un sueño en el que no podía respirar y me revolcaba como si me estuviera convulcionando. Cuando volví en mí, estaba boca abajo en el jardín con los dientes y la nariz llenos de tierra. Mi cabeza se agitaba en el suelo y cuando me levantaron mi nariz y mi boca sangraban. Un amigo mio, Abraham, me sostenía del brazo. Primero me asusté, pero después de unos segundos, en los que reaccioné y recordé donde estaba, me dió mucha pena por el espectáculo que estaba dando; y lo más importante es que estaba enfrente de mi novia.
Me llevaron a la lavandería y me empecé a limpiar la cara. Mis amigos estaban asustados por lo que había pasado y pensaron que yo no estaba sano. Me contaron lo que pasó. Me había tirado al suelo despues de haber tomado el bong; ellos pensaron que estaba jugando y que estaba actuando tirado en el suelo. Abraham se preocupó después de algunos segundos y me levantó del brazo; y fue entonces cuando el resto de mis amigos se acercaron a ayudarme.
No se ni siquiera por donde empezar a agradecer el resto de la noche que pasé en esa fiesta. Mis amigos y mi novia se preocuparon por mi salud. Pensaron que me había dañado la cabeza: me preguntaron quien era, me pidieron que cantara canciones que ellos saben que sé, me sugirieron ir a un hospital y, lo más importante, no me dejaron ni un instante solo el resto de la noche.
Me preguntaron mil veces si estaba bien, y creyeron que se me habia roto la nariz. Me revisaron la cara y me volieron a revisar. Yo en todo ese tiempo me sentía muy apenado por el circo que había armado. Nunca me ha gustado ser el centro de atención por causa del acohol. Pero este exceso, y descuido de mi parte me costó un poco caro, y me pudo haber ido peor, si no es por suerte, o gracias a mis amigos que estuvieron ahi por mí. Cuando pude pensar sobre lo que había sucedido, recordé que despues del bong tuve dificultad para respirar, por lo que deduje que me desamye por la falta de oxigeno; una especie de "sleeper" que me autoapliqué.
El resto de la noche sucedió sin incidentes, pero mi cara me dolia: tenia golpes en la nariz, frente y mejillas, y mi labio inferior tenia dos cortadas profundas a causa del choque entre mis dientes y el suelo. Después de que mis amigos comprobaron que no había sucedido nada grave y que no habia razón para preocuparse, siguieron con la fiesta, como si nada hubiera pasado. Pero no dejaban de preguntarme cada rato si me sentía bien y si no me había roto la nariz.
No sé cómo agradecerle a mis amigos y a mi novia lo que hicieron por mí. Quisiera decirles cuanto los quiero y cuando les agradezco haber estado a mi lado en un momento de mi vida que hasta ahorita es, en cuestión de salud, de los más críticos en los que he estado. Me sentí respaldado y querido.
El resto de la noche me la pasé bailando, tomando (sí, aunque parezca irónico: la verdad es que no estaba borracho, fue la falta de aire lo que me tumbó) y platicando. Y gracias a... ¿Dios?, no hay NADA que lamentar. Después de unos cuantos minutos les pedí a mis amigos que recordaran con detalle lo que sucedió para que pudieran comentarlo (burlarse) en el video de Navidad del 2010. Qué bueno que no hay nada que lamentar y que me puedo reir de este incidente (aunque todavía me duele la nariz y el labio), pero nunca podré dejar de pensar en mi novia y mis amigos, que de laguna manera, me salvaron el día de ayer.