No es ataque, es información

Sam Miller
Recientemente me llegó en un mensaje de WhatsApp una carta escrita por un empresario estadounidense, Sam Miller, defendiendo a la iglesia católica de los “ataques” de la prensa en los últimos años (la carta se escribió en 2008). En ella menciona cifras de las que los católicos deberían  sentirse "orgullosos de pertenecer a la organización no gubernamental más grande de Estados Unidos”. No me queda duda que la Iglesia realice muy buenas obras para la comunidad, y sin duda los católicos pueden y deben sentirse orgullosos de eso, lo que no los limita a denunciar y enfurecerse por los muchos crímenes que cometen los miembros de esa organización. (Ya anteriormente publiqué mis razones para no estar tranquilos con lo que pasa dentro de la Iglesia desde hace muchos años.) 

Si bien me gustaría desmenuzar cada párrafo de la carta y poner en perspectiva todo lo que en ella se menciona (por ejemplo, comparar la cantidad de dinero que recibe la iglesia en donaciones con la cantidad que utiliza para buenas causas y la que se usa para satisfacer lujos innecesarios de los miembros de la iglesia), por falta de tiempo me limitaré a refutar los argumentos más obvios que mi lógica me permite; porque el empresario estadounidense no solo menciona datos imprecisos, sino que incluso, si estos fueran correctos, sería inconcebible utilizarlos de la manera que lo hace Sam Miller. 

Por ejemplo, su argumento principal es que la prensa inexplicablemente se enfoca en denunciar y exponer los casos de pederastia por parte de los sacerdotes. Pero el argumento que utiliza es que “únicamente” 1.7% del total de los sacerdotes ha sido encontrado culpable de pederastia. Solo ese argumento me parece tremendamente irrespetuoso. Minimizar los crímenes de sacerdotes solo porque es una minoría quienes los cometen es ofensivo. Podría escribir un ensayo completo enfocado en ese párrafo nada más. Sentirse ofendido porque denuncian estos casos es no entender la gravedad del problema. 

En primer lugar, el numero de agresores no es igual al numero de víctimas. El 1.7% de 400,000 sacerdotes es igual a 6,800 sacerdotes encontrados culpables de pederastia (según las mismas cifras de Sam Miller), sin embargo esto no quiere decir que existen únicamente 6,800 víctimas. La mayoría de los sacerdotes abusaron de más de un menor; de esta manera se dimensiona el verdadero problema y el verdadero crimen. Sam Miller ni siquiera menciona a las miles de víctimas de los sacerdotes, ¿esto no le ofende? Además, 1.7% son solo los que han sido encontrados culpables, faltan los que todavía no conocemos, porque es imposible pensar que son solo los que han sido denunciados los que incurren en esto, sobre todo después de saber que muchos de ellos llevaban décadas abusando de menores antes de que los casos salieran a la luz.

Además, la critica más fuerte hacia la iglesia es que se comprobó que muchos de estos sacerdotes eran protegidos por la misma organización. Los pederastas no eran sometidos a juicios penales, y peor aun, únicamente los cambiaban de lugar cuando sus superiores se enteraba de esto. ¿No resulta indignante? ¿Saber que las autoridades de la iglesia sabían que tenían criminales en su organización y en vez de tomar acciones para proteger a las víctimas, preferían proteger a los criminales? ¿No es suficiente para señalarlos y ponerlos en evidencia? ¿O primero deberíamos enumerar las buenas acciones que hacían para saber si era suficiente abusar sexualmente de un niño para destituirlos de sus puestos y responsabilidades?

Sam Miller, en un esfuerzo por minimizar aun más el hecho de que sacerdotes abusen de menores, utiliza otra estadística, de la iglesia protestante, y la compara con los católicos. Dice que 10% de esos clérigos han sido hallados culpables de pedofilia. Increíblemente a muchos católicos esta comparación les parece digna de compartirse. Un dicho popular dice “mal de muchos, consuelo de tontos”; queda perfecto en esta situación. Y lo peor es que el dato ni siquiera es correcto. 

Para escribir este ensayo no me basé únicamente en el mensaje de WhatsApp que recibí, sino que fui a la fuente original, a leer al carta completa de Sam Miller y a verificar algunos de los datos que en ella menciona. Sin sorpresa encontré que Sam Miller cometió un error al citar un libro y decir que 10% de los clérigos protestantes habían sido encontrados culpables de pedófila. El autor del libro desmintió esta afirmación al explicar que lo que él había mencionado era un estudio de clérigos recibiendo tratamiento, de los cuales 10% eran pedófilos. Y aclara que esto no significa que hubieran abusado de niños, sino que tenían ese problema psiquiátrico. (Aquí la nota de la corrección de estos datos.)

¿Qué tendría que decir Sam Miller al escuchar esto? No solo es mentira que 10% de los clérigos protestantes sean pedófilos, sino que estaban recibiendo ayuda y tratamiento psicológico, cosa que no sucedía en la iglesia católica. Aparte de las otras estadísticas que menciona sobre encuentros sexuales, indebidos y consensuados, entre clérigos protestantes y miembros de la comunidad sin mencionar que pasa exactamente lo mismo en la iglesia católica. Incluso una investigación estima que 50% de los sacerdotes católicos incumplen el voto de castidad. Esto no quiere decir que son pederastas, simplemente que si Sam Miller se queja de la prensa, debería también reconocer que las quejas no son infundadas, y que son los peores casos los que hacen más ruido, pero no son los únicos. 

Lo que concluyo de este tipo de esfuerzos de minimizar crímenes es que simplemente la iglesia católica se siente ofendida por ser señalada por sus fallas. Sam Miller menciona que “la agonía que la Iglesia siente y sufre no es necesariamente culpa de la Iglesia”, pero no estoy de acuerdo. No son una minoría la que le da mala fama a la iglesia, es justamente gente como Sam Miller, que, en vez de indignarse y reclamar que existan este tipo de abusos, defienden los hechos tapándolos con “buenas obras", lo que le da mala fama a la Iglesia. Si no tuviéramos que enterarnos por medio de la prensa que estos sacerdotes abusaban de menores y hubiera sido la Iglesia Católica quien los entregara a las autoridades para que fueran juzgados y pagaran por esos delitos, el panorama sería muy diferente. 

Los casos de pederastia no son los únicos delitos de la Iglesia, solo son los peores. El hecho de que hagan cosas buenas no les resta culpa donde la hay. Defender a la Iglesia por sus buenas acciones es como defender a un político corrupto porque ayuda a los pobres con el dinero de los impuestos. No se justifica que delinca solo porque hace lo que debe de hacer con recursos que ni siquiera son suyos. 

Y por último, no es trabajo de la prensa exaltar las buenas obras de la Iglesia Católica o de cualquier otra organización, sino descubrir los delitos que se esfuerza por esconder. No es trabajo de la prensa hacer promoción de la Iglesia Católica, pero sí es su deber informar de las malas acciones de esta para evitar que se sigan llevando a cabo. ¿Acaso la Iglesia se la pasa reconociendo todo lo bueno que realizan las otras religiones y lo da a conocer a su comunidad? 

La Iglesia Católica no es peor que otras organizaciones, gubernamentales o no gubernamentales, pero sin duda se jacta de ser referencia moral para millones de personas y recibe beneficios gracias a eso. Claramente esa es la razón por la que esconden los crímenes que se comenten dentro de ella, pero no es razón para minimizarlo, y menos razón para sentirse ofendido porque alguien más lo expone al público. 




Addendum:

Aqui una lista de algunos de los reportajes sobre pederastia, que la prensa ha publicado, que no tienen nada que ver con la Iglesia Católica.



  • Michael Jackson
  • Cuarenta rabinos en Nueva York en 2017 acusados de pederastia
  • Médico de las gimnastas olímpicas de EEUU
  • Kevin Spacey, Bryan Singer y todos los casos de pederastia y abusos sexuales en Hollywood
  • Casos de pederastia en la Iglesia Mormona de Marstinburg, Virginia

2 comentarios:

Martha Isabel Moctezuma dijo...

Hola Chema, me encantó tu blog, ojalá se abriera más el tema del abuso sexual,no hay nada que defienda a ninguna iglesia sea la que sea, me gustó mucho como escribes, gracias.

José María Hdz dijo...

Muchas gracias. Yo también quisiera que en vez de ofenderse, los miembros de la iglesia aceptaran los errores y se esforzaran por proteger a las victimas y no a los agresores.

Saludos