Cuando uno termina
un proyecto que le ha costado tiempo y esfuerzo, es muy gratificante mostrarlo
a los demás. Yo recuerdo cuando terminé mi primer proyecto constructivo que
llevé a cabo totalmente independiente; verlo terminado fue un orgullo. Incluso
cuando escribo en este blog, y la gente me dice que lo leyó y les gustó, es una
satisfacción muy grande. Por eso me dio mucho gusto cuando mi amigo Efrén me
llamó para decirme que iba a presentar su primer libro en la Feria
Internacional del Libro de Monterrey y que me invitaba a esta presentación. Por
su puesto que no iba a faltar, y estuve con él en Cintermex el primer día de la
Feria del Libro de este año.
Efrén es amigo mío
desde la primaria y me sorprendió cuando hace algunos años me dijo que se
estaba dedicando a escribir. No recuerdo si él ya sabía que a mí me gusta
escribir pero desde ese momento empezamos a platicar mucho acerca de
literatura, redacción y el arte de contar historias. Cuando le pedí que me
compartiera algo de lo que estuviera escribiendo me llevé una grata sorpresa.
Me compartió un cuento (que esta incluido en el libro que acaba de publicar)
que me atrapó de principio a fin. Es justamente el tipo de lecturas que me
gusta leer: sin tratar al lector con condescendencia pueril, deja que el cuento
se desarrolle con huecos que el lector llena sin darse cuenta. En realidad me
gustaría tener esa calidad en las cosas que escribo y en los proyectos que
tengo por escribir, porque es exactamente así como quiero que se lean mis
textos y mis historias.
Hace algunos días
terminé de leer este libro, titulado Gris Infierno. Libro que es una
recopilación de cuentos que Efrén escribió durante varios años. Todos tratan de
alguna manera de la ciudad de Monterrey, y hay que decir que son un retrato muy
burdo de la ciudad. En cada historia puedes encontrar un rasgo que identifica
una pequeña parte de lo que caracteriza a la urbe: desde la forma de vivir, los tabúes, las
calles, hasta las tradiciones y las subculturas. Con una perspectiva de un matiz
oscuro de la forma de vivir en Monterrey, los cuentos nos llevan a desconocer
un poco lo que sabemos y lo que platicamos de la ciudad en la que vivimos.
Algunos cuentos son
muy secos e indefinidos, y con esos tuve algunos problemas para adentrarme e
interesarme en los sucesos, sin embargo en la mayoría, aunque son muy
diferentes entre si, me llegue a sumergir en lo que estaban viviendo los
personajes. Los finales son muy particulares; unos son una revelación de lo que
estaba pasando durante la historia, en otros es solo la conclusión del cuento,
y otros quedan muy abiertos. Mas es esa inconclusión lo que hace a estos
cuentos muy interesantes, y, para mi gusto personal, es de lo mejor que tiene.
Este libro me agradó
mucho. Es un libro con crudeza bien usada que no logra alejarte de la lectura.
Estoy seguro que a mucha gente le va a gustar.
Efrén acaba de ganar
el premio de literatura de Nuevo León por una novela que todavía no ha sido
publicada. Estoy seguro que es incluso mejor que los cuentos que leí, y ya no
me puedo esperar a que salga en Diciembre. Al parecer tiene una carrera
como escritor muy prometedora. Y yo me siento orgulloso de conocerlo desde que
estaba escribiendo sus primeros cuentos.
Felicito de nuevo a
mi amigo Efrén por este logro, y espero que siga escribiendo mucho durante los
próximos años. Se necesitan escritores como él en la ciudad y en México.