Las improbabilidades infinitas

Cuando pensamos en las probabilidades de que cada uno de nosotros esté aquí en este momento podemos llegar a calcular uno entre miles de millones. En la escuela (católica) me enseñaron una vez las miles de posibilidades de que yo no existiera si mis padres no se hubieran conocido, si mis abuelos no se hubieran conocido, si mis bisabuelos no se hubieran conocido, si cualquier otro espermatozoide de los miles de millones que pudieron haber fecundado a aquel óvulo hubiera hecho la tarea en vez del que me creo a mí, yo no estaría aquí. Y por lo tanto, si estás aquí debes de agradecer y buscar tu cometido en la Tierra. 

En un vídeo que vi en Facebook, un muchacho calculaba esa pequeñísima probabilidad de que cada uno de nosotros estuviera aquí, supongo que recibió la misma plática que yo. Y determinaba que esa probabilidad es igual a 1 entre 10 a la 2,650,000 potencia; y ese numero es prácticamente 0. Sin embargo, a pesar de que es cierto lo que dicen también es cierto que sólo podemos hacer ese cálculo justamente porque estamos aquí, si no estuviéramos aquí alguien más que hubiera nacido sería quien estaría sorprendido por la pequeñísima probabilidad de que nació. ¿Es para sorprenderse que algo pase cuando eventualmente iba a pasar?

Lo mismo podemos decir de la vida en la tierra: escuché alguna vez el dato curioso de que una pequeñísima variación en la gravedad de este planeta hubiera sido suficiente para que no existiera la vida tal y como la conocemos hoy. Pero es lógico pensar que esto sea así. La vida de este planeta está adaptada a la gravedad que hay en este planeta. Si la gravedad fuera diferente la vida estaría adaptada a esa gravedad. Cuántas especies de animales no se han extinguido porque no se adaptaron a su entorno, ¿eso no lo cuestionamos? ¿Qué pensarían los dinosaurios, cuando el cometa golpeó el planeta, en una situación que acontece una vez cada 100 millones de años? ¿Mala suerte? No es nada milagroso que la vida exista en un planeta donde puede existir la vida. No es nada milagroso que hayamos nacido cuando alguien tenía que nacer; nunca pensamos en la cantidad de personas que no nacieron y que no pueden estar frustradas por ese hecho porque simplemente no existen. Justamente el inverso del número de posibilidades de que yo no hubiera nacido es el número de personas que no nacieron porque yo nací y ¿quién le está preguntando a ellos qué planes tenían si hubieran nacido? Si el sol no estuviera a la distancia exacta donde está seríamos muy diferentes, pero el sol no cambió su distancia por nosotros, sino que nosotros nos adaptamos a la distancia del Sol. Es tan lógico que me parece imposible de reconocer.

Entiendo que nos gusta pensar que somos únicos, queremos ser especiales. Nos gusta pensar que estamos aquí por algo y que tenemos una misión importante en la vida. Por eso también nos gusta pensar en las pocas probabilidades que había de que estuviéramos aquí. Pero ¿sirve de algo esto? ¿sirve de algo engañarnos? Querer encontrar algo nos ayuda a ver figuras en las nubes. Querer buscar algún culpable nos ayuda a sospechar de todos. Seamos objetivos y veamos la realidad, es tan milagroso que cada uno de nosotros esté aquí, como el hecho que personas mejores que nosotros no hayan existido y hayan hecho un mundo mejor. De hecho la misma probabilidad de que nacieras tú o que naciera yo es tan pequeña como la probabilidad de que naciera Hitler y sin embargo nació Hitler y ocasionó la muerte de millones de personas. No pensamos en lo fácil que hubiera sido evitar que Hitler naciera, o cualquiera de las personas que causaron desgracias, para tal caso. Sólo nos enfocamos en el milagro de nuestra vida, la única que podemos constatar que sucedió. 


Darnos más importancia de la que tenemos, a mi parecer, es más perjudicial que benéfico. La historia nos enseña que sentirnos superiores ayuda a que nos importen menos los demás y nos preocupemos menos por nuestro entorno. A mí me gusta pensar que solo tenemos una vida y es irrepetible, pero no eres el único que está vivo, y para que todos podamos vivir mejor hay que tratar de ser la mejor versión de nosotros mismos y aprender de las personas que están y estuvieron en este planeta. Este “milagro” de estar vivos y presentes le sucedió a 2,787,327,622 de personas durante los 8,000 años de historia que podemos recapitular. Conocemos a muchas personas que fueron muy buenas y a muchas personas que fueron muy malas. ¿Qué tipo de personas queremos ser? Eso es lo que personalmente da valor a mi vida.


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