Si te golpea, por lo menos que no te arrastre
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En la película, cuando el
accidente sucede y la pedacería de los satélites destruidos golpea la nave,
Ryan Stone está todavía unida al brazo del Explorer. Ryan empieza a gritar y en
eso el brazo queda desprendido del Explorer cuando otro pedazo de escombro
choca contra este. Ryan sale girando unida al brazo mecánico sin rumbo ni
control. Matt le dice a Ryan que se suelte del brazo mecánico, que la está
llevando muy lejos y que casi no la puede ver. Así que en esa situación, es el
brazo mecánico lo que le está causando un problema a Ryan, sin embargo cuando
Matt le dice que se suelte, lo primero que ella dice es ‘no’. Ryan sabe que el
brazo mecánico es lo único que la mantiene (o más bien, mantenía) unida a su ‘salvavidas’, pero aun cuando el brazo está
divagando en el espacio, ella se rehúsa a separarse de él porque le da más miedo
estar sola, y éste la está arrastrando lejos de donde ella quiere estar.
Pueden ser problemas los que nos
tengan despiertos durante la noche. O tal vez sólo la presión del trabajo, las
relaciones personales o el estrés cotidiano, pero lo que empeora estas
situaciones es pensar que es normal que sucedan. El empleado que se queda
trabajando mucho tiempo después de su hora de salida, pensando que es normal y
que para superarse es indispensable sacrificar el tiempo dedicado a su propia
persona, se queda atrapado en su rutina, porque esa es su plataforma; es su
suelo, y no quiere despegarse de ahí. O peor aún, la gente que se queda en su
zona de confort por miedo a no tener la estabilidad segura, por estrecha que
sea. El miedo a arriesgarse nos puede dejar anclados e inmóviles, pero es peor
cuando eso a lo que nos anclamos nos hunde sin que nos demos cuenta. Darle a
los problemas más importancia de la que tienen en verdad nos aleja de nuestros
objetivos, y no dejarlos ir por miedo a lo desconocido, es el peor error que
podemos cometer. La pareja que se la pasa peleando, porque para ellos es
normal, se vuelve una relación dañina para las personas involucradas, y sin
embargo muchas de esas parejas duran años juntas porque prefieren algo que les
hace daño a estar solos. Darle la categoría de ‘normal’ a algo que no lo es, es
justamente como el brazo del Explorer
que gira sin control y nos tiene atados a él. Aprender a soltarnos es el primer
paso para cambiar lo que no nos gusta.
Hay otra ocasión donde se ve cómo
un poco de inestabilidad, aunque sea necesaria, puede crear pánico en la persona. Cuando Matt
encuentra a Ryan después de que esta sale disparada, él la engancha a su traje
para no separase en la trayectoria, pero le pide que se aleje un poco para que
no interfiera con los propulsores de su traje; Ryan repite más de diez veces
‘no’. No quiere estar ni siquiera un poco fuera de control, aunque sea
necesario. Lo inestable asusta. Pero en este caso, la supervivencia de Ryan
requiere ese pequeño lapso de inestabilidad. Recuerdo haber escuchado a
un médico hablar sobre la quimioterapia y el cáncer. Decía que el cáncer mata a
las personas, y la quimioterapia las debilita. A final de cuentas la
enfermedad se combatía con otra enfermedad: era necesario resistir el ataque de
la quimioterapia, que es temporal cabe mencionar, para acabar con el cáncer,
que mata al organismo irremediablemente. Es lo mismo que pasa en la película:
Ryan Stone tiene miedo del remedio de sus problemas, porque le causan una
molestia inmediata, y se olvida que sin esa molestia nunca podrá seguir
adelante.
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Cuando los bebés nacen, necesitan
cortar su cordón umbilical para poder vivir. Separarnos de nuestros papás
cuando somos pequeños es muy difícil, pero necesario. Muchos cambios en nuestras
vidas pueden ser difíciles o dolorosos, sin embargo es así como crecemos. No
podemos evitar que las adversidades nos golpeen, pero sí podemos evitar que nos
arrastren.
4 comentarios:
Muy bien, Chema, me gustó mucho.
Excelente reflexión carnal, justo ayer estaba platicando un poco sobre esto que nos impide llegar a algo más allá de lo que tenemos acostumbrados o de nuestra zona de confort, como el tratar de ser como los demás nos puede llevar a ser menos, pero que al final somos nosotros los que vamos a decidir que tanto queremos llegar a ser y como queremos llegar a serlo.
Saludos! un abrazo!!!
Muchas gracias Pepe. Saludos.
Exactamente Palencia. Se puede aplicar a muchas situaciones y hay muchos ejemplos. Esta entrada estaba más larga pero la acorté para no aburrir con más y más ejemplos, pero hay para analizar mil cosas al respecto.
Muchos saludos, qué bueno que te gustó.
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