Para entender por qué Terminator 2: Judgment Day es una de las mejores películas de ciencia ficción y su trascendencia en el cine, lo primero que debemos tomar en cuenta es que para cuando la película se estrenó no existía Jurassic Park, ni Independence Day, ni tampoco The Matrix. Los efectos especiales fueron muy vanguardistas e incluso hoy están muy vigentes. Y no solo fueron los efectos especiales y visuales lo que hicieron exitosa a esta película, sino la argumento en sí. La primera parte de esta historia fue lanzada 7 años antes, en 1984. La trama prácticamente la repitieron en 1991, pero lo interesante es que hubo una evolución de personajes y de argumento entre las dos películas. En la primera la protagonista es Sarah Connor, una joven normal, que trabaja como mesera. La trama es que un robot enviado del futuro la quiere matar porque ella tendría un hijo que sería el líder de la resistencia humana en el futuro, que lograría vencer a las máquinas, comandadas por Skynet. Las máquinas quieren evitar que ese niño nazca. Los humanos por su parte envían a un soldado a que la proteja, y el giro de la película es que este soldado resulta ser el padre del hijo que tendrá Sarah Connor.
En la
secuela de The Terminator, Terminator 2, pasaron ya 13 años de la primera
película. Sarah Connor está internada en un manicomio por ser responsable de un atentado contra una fábrica de computadoras (todos sabemos por qué quiso hacer eso). Ya no es una mujer tímida sino una guerrera que entrena y se defiende sola. John Connor, su hijo, es un adolescente
problemático que vive con tutores y tiene una mala impresión de su mamá, la cree loca. En esta película las máquinas intentan de nuevo eliminar a John Connor, y envian a un robot para matarlo, pero esta vez e sun modelo más avanzado, T-1000, que puede tomar la forma de cualquier persona. Los humanos por su parte envían proteccióin para John Connor, pero no es un humano sino un robot como el que enviaron las maquinas en la primera película: y ahora sí tenemos una película de acción con
muchos y muy buenos efectos especiales y visuales.
El
hecho de que la historia haya evolucionado tan bien de una entrega a otra hace
que no veamos un refrito sino realmente una continuación de la trama principal.
Y los personajes escogidos para dar continuación fueron excelentes
opciones para que la historia fuera profunda, no solo pura acción. Incluso que Sarah Connor pase de ser una mesera temerosa que necesita protección, a una soldado que se encarga de entrenar a su hijo y protegerlo, da
espacio a que en la última parte de la película se vuelve ella misma una asesina
que intenta impedir el futuro que no le conviene. Se vuelve ella misma un
"terminator" que intenta matar al inventor de Skynet.
La
película tiene muchas escenas célebres y casi todas tienen que ver con el
robot T-1000. La más memorable de todas es cuando el robot hecho de metal líquido se congela tras estrellarse un trailer de nitrógeno liquido; el T-1000 se va congelando con cada paso que da hasta que se queda pegado al piso y se rompe tratando de avanzar. Una escena clásica y
revolucionaria en cuestión de efectos especiales.
Por
eso ahora que sale Terminator Genisys, por más que la película haya sido muy
entretenida, nos deja a deber a los fans de Terminator, porque no hay ni una
sola escena que se vaya a quedar grabada en la memoria, no hay novedades en
cuestión de efectos especiales, y los personajes que mostraron no trajeron nada
nuevo a la trama. No hay un "come with me if you want to live" de la
primera entrega o un "hasta la vista, baby" de la segunda. No hay
evolución de una mesera a una guerrera, ni de un robot de animatroics a un
robot metamórfico de CGI. Nada memorable. Y de Terminator 3; Rise of the
Machines y Terminator Salvation, no vale la pena ni hablar.
Tal vez la nostalgia nos haga agradecer los esfuerzos por mantener viva la saga, pero en realidad si hablamos de
Terminator, se debe de hablar de The Terminator de 1984 y Terminator 2:
Judgment Day de 1991, no hay más.
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