El año que termina

Haciendo un recuento de lo que me deja este año puedo enumerar algunas diferencias con otros años:

Primero que nada, fue el primer año en el que tengo realmente compromiso con alguien; con mi novia, Robin. El principal compromiso es el de casarnos el próximo año. Solo ese hecho hizo que este año fuera diferente desde el principio. Fue en el año nuevo pasado que decidimos tomar ese siguiente paso, y con eso ya el año que comenzó fue totalmente diferente a cualquier otro año. En verano hicimos un viaje al lago Ozarks, en Missouri, con la familia de Robin porque es un viaje que ellos hacen cada año. Conocí a su hermano y su cuñada, a sus tíos y a sus primos, a su abuela y a su tía abuela. Le di un anillo de compromiso unos días antes, y fue mi presentación oficial a la familia. 

Unas semanas después de eso, cambié de trabajo. De la empresa que me dio la oportunidad cuando me cerraron varias puertas; donde llevaba ya 3 años y 4 meses, me salí a tomar una nueva oportunidad en una empresa pequeña pero en crecimiento. Con muchísimos retos y obstáculos que superar, comencé a trabajar con clientes nuevos, con políticas nuevas y con nuevos compañeros. No fue nueva la experiencia, pero sí los retos que conllevaba. Este nuevo trabajo fue como un botón de 'reset'; comenzar de nuevo. 

Durante todo ese tiempo, comenzamos a planear la boda para el siguiente año, y esto si que fue algo totalmente nuevo para mí. Aprender a determinar exactamente qué quieres tú, pero no solo tú, porque ya no eres tú nada más. ¡Y comienza a ahorrar! Porque la boda no se paga sola. 

Por último, pasar la Navidad en Illinois, con la familia de Robin. Otra vez es una parte del compromiso que ya tenía desde antes. Pero pasar la Navidad por primera vez sin mi familia fue algo para recordar. En realidad lo que sucedió es que pasé la Navidad con mi nueva familia. Fue algo nuevo para mí, y lo voy a recordar siempre. 

En 2015 cumplí 33 años. Y en 2016 vienen muchas nuevas cosas para mí. 
Buen año el que termina.
Feliz año nuevo.


La tregua de Navidad

El año pasado leí un libro sobre la Primera Guerra Mundial, para escribir algo sobre ella, por el centenario del inicio; en realidad yo sabía muy poco acerca de esta guerra que, siendo honestos, quedó opacada (desgraciadamente) por la Segunda Guerra Mundial. Leyendo este libro me di cuenta de muchas cosas terribles sobre la guerra. Creo que la peor de todas fue un hecho que me dio esperanza y orgullo en un inicio, para luego llenarme de coraje. 

En Navidad de 1914, mientras se libraba un combate en Bélgica, se celebró una tregua. Durante esta tregua los soldados escucharon cantos de las fiestas religiosas del bando contrario durante la noche. A la mañana siguiente, salieron de sus trincheras para saludarse, fumar juntos y felicitarse por la Navidad. Los combatientes que unos días antes se trataban de matar, se tuvieron mutuo respeto porque querían ser respetados.

Y ¿cuál fue la reacción de los mandos militares? Asegurarse de que eso no volviera a suceder jamás. Y es esto lo que me llena de rabia. Ahí, delante de todos se demostró que los hombres comunes preferimos la paz. Los que mueren en la guerra son más sensibles y más humanos que quienes las dirigen y no corren el riesgo latente de morir cada día que esta se alarga. Y lo peor es que esto les molesta, y exigen que los hombres se deshumanicen. Evitando que se vean mutuamente como hombres y que se limiten a verse como enemigos.

La Navidad ya no me dice mucho a mí. Religiosamente perdió todo su valor, porque yo ya no soy religioso. Sin embargo, enterarme de que la Navidad detuvo por un instante una de las peores guerras de la historia, me hace respetarla. La Navidad es una época de unión, y de reconciliación, aunque se escuche muy trillado. Es una época para celebrar una tregua, aún con nuestros peores enemigos, y estrechar su mano. Si de algo sirve la religión, es para unir a las personas, para que estas se respeten, para que se ayuden mutuamente.  Si no sirve para eso, no sirve absolutamente para nada.

Esto es lo que me queda a mí de la Navidad; un tiempo para detener los peores de mis conflictos, ver a la gente que es parte de mi vida, y estar en paz conmigo mismo.

Si los soldados de hace 101 años pudieron hacer eso, no tengo mejor razón para pensar que todos podemos.


"La Nochebuena de 1914, en varios sectores de Francia del norte y Bélgica, las voces de hombres que no se veían comenzaron a cantar villancicos en diferentes idiomas. Desde un bando se podían escuchar los ritmos suaves del Stille Nacht (‘Noche de Paz’), desde el otro llegaban los acordes de O come all ye faithful o Minuit crétiens . La mañana de Navidad, alemanes y británicos y, en menor medida, belgas y franceses, treparon con precaución las paredes de las trincheras desde las que habían partido los villancicos y se estrecharon las manos en la llamada «tierra de nadie». Conforme avanzaba el día, grupos de hombres jugaban al fútbol, tomaban fotografías e intentaban superar la barrera del lenguaje mientras organiza-ban entierros para los camaradas muertos. Un soldado británico señaló que nunca olvidaría la imagen de los soldados enemigos estrechando la mano de los soldados indios.
Poco después, los soldados regresaron a sus trincheras y la matanza continuó. Los comandantes impartieron órdenes de que aquel acto de confraternización no debía volver a producirse." 


Ésta es una de las instantáneas que los soldados tomaron durante la mítica Tregua de Navidad de 1914, una prueba irrefutable de que realmente se celebró. Los suvenirs fotográficos llegaron a la prensa internacional, y los Gobiernos comprendieron rápidamente que debían ejercer un control más férreo sobre las cámaras de la tropa.


El tren

El tren se descarriló veintitrés minutos después de salir de la estación de trenes. Una pieza de las vías se había dañado por el frío intenso y el tren se fue de lado. Murieron 86 personas incluyéndome a mí y a Jess. Era la primera vez que viajábamos para visitar a su familia que vivía a 3 horas en tren de la ciudad de Chicago. También era la primera navidad que yo iba a pasar fuera. Y pasó esto. 

Las dos familias, la mía y al de Jess, estuvieron de luto un mes. Oficialmente solo 7 días, pero en realidad les tomó un mes volver a sus actividades normales. La familia de Jess se juntó por completo para el velorio. Mis papás creo que nunca lo superaron. Todos hablaban de la tragedia con coraje. Cómo era posible que esto hubiera pasado solo nueve meses antes de casarnos. Cómo había pasado esto cuando por fin yo había encontrado a alguien con quien compartir mi vida. ¿Cómo? Si todo iba bien. No quiero que parezca alarde, pero yo era muy querido entre mis familiares, amigos y conocidos. Y por eso a todos les dio mucha pena por mí. Mis amigos en verdad no lo podían creer. 

Pero se les olvidó que yo ya no estaba ahí. A mí no me dio coraje haberme muerto en ese tren a las 2:08 de la tarde del miércoles. Yo estaba muy contento de ir a pasar navidad con la familia de Jess. Cuando el tren se volteó estábamos hablando de lo increíble que sería realizar un viaje en tren por Chihuahua; hasta empezamos a pensar cuándo podríamos tomar una semana entera de vacaciones los dos para hacer ese viaje. Nuestras vidas nos gustaban cada días más. Y como nos morimos, no fuimos capaces de saber si iban a ser así de increíbles o no; pero en nuestros planes era muy interesante. 

Ya en la muerte no sentimos lástima por no haber cumplido nuestros viajes, ni nuestra boda ni nuestra casa. Ya no importa nada. Ya nos fuimos. Nos fuimos juntos. Ninguno lloró al otro. Ninguno se quedó solo. Son los que se quedaron los que piensan en lo que pudo haber pasado, y cuánto querían que yo fuera feliz y que disfrutara todos esos planes. Piensan que tal vez si yo no hubiera sido tan selectivo y tan quisquilloso. Si no me hubiera esperado tanto para tener novia, tal vez ya estaría casado, y con una mexicana, y no hubiera hecho este viaje y no hubiera estado en este tren y todavía estaría vivo con ellos, tal vez ya con hijos. Si hubiera hecho como hacen muchos otros, seguir con el negocio familiar, no arriesgar tanto en lo que te va a dar estabilidad económica. Cada decisión que tomé me llevó a estar sentado en ese tren a la hora del accidente. Y ahora ya no había manera de que yo regresara. 

Lo que no saben es que esa vida hipotética en la que no hubiera muerto en un accidente de tren, me hubiera llevado a donde yo no deseaba. Ese camino me hubiera dado una vida más larga, pero menos rica. El tiempo extra de esa vida paralela jamás hubiera compensado los 23 meses vividos con Jess. Qué importa haber vivido más si hubiera sido todo lo que ya sabía que existía; si no hubiera descubierto nada por mí mismo. Es más, esa vida longeva y tranquila, ya la había vivido, al menos en experiencia ajena. Ya había visto a mucha gente seguir ese camino marcado y que todos sabemos dónde termina. 

No me arrepiento de las decisiones que tomé, aun ahora, muerto. Si me hubieran dado la opción de no morir hoy a cambio de la vida que escogí vivir, me hubiera reído, y hubiera pagado tal vez el doble por los pasajes de tren al pueblo al que íbamos. 

El viaje en tren es emocionante no por el destino que ya sabes cuál es y dónde termina, sino por el paisaje que recorres; por la gente que va contigo en el mismo carro; por la posibilidad de bajarte en cualquiera de las paradas y tomar el siguiente tren que venga. El destino final todos lo sabemos, pero hay quienes se la pasan todo el trayecto leyendo el boleto para asegurarse que van a llegar ahí. Otros preferimos pasar de un carro a otro para ver quien está por allá; ver de lejos los cambios de vías y tratar de adivinar cuál va a tomar nuestro tren, mirar por la ventana y observar. 

Al final nadie me aseguraba un trayecto seguro en otro viaje en otra vida. Este tren por lo menos lo escogí yo. 




Menos de un mes. ¿Y los propósitos?

En enero pasado me propuse 4 simples propósitos de año nuevo, por la pura curiosidad de saber si podría cumplirlos por dejarlos anotados en un lugar que no se perdieran fácilmente. De veras que sí trate de cumplir mis propósitos; no me gusta decir que voy a hacer algo y ni siquiera intentar realizarlo. Por eso, cuando decidí escribir propósitos de año nuevo, solo escogí 4, y puse atención en lo que escribía, para no quedar en ridículo. 

El primero de ellos era leer al menos 20 libros, y para ello me iba a ayudar de una lista que se publicó en Novelistik. Ese propósito no lo voy a cumplir. Apenas llevo 5 y no he podido terminar dos de los que empecé. Quiero terminar por lo menos Mein Kampf, solo por tachar uno más en la lista de Novelistik, el de "leer un libro prohibido". También cumplí en esa lista un propósito agregado por mi amigo Sergio de Regules, que era leer un libro suyo; ese sí lo cumplí. Y la verdad es que no sé por qué he batallado tanto para terminar libros que empiezo y para darme el tiempo para leer. Creo que voy a tener que seguir trabajando en eso para el próximo año. Pero, claro, cuando llegó el momento de escoger regalos para el amigo secreto de la oficina, pedí más libros, para ponerlos en lista de espera. 

El segundo propósito era escribir 2 entradas por mes en mi blog. Este también está difícil que lo complete, y si lo llego a completar tal vez sea por mi obsesión pueril de decir que sí cumplí mi propósito. Después de escribir está entrada, todavía me van a faltar 5 antes de terminar el año para cumplir la meta. Pero en este caso, también me dan ganas de demostrar cómo sí tuve mucho interés en cumplir el propósito. Descargué la aplicación Ever Notes (y tengo que aceptar que me ha servido muchísimo) para llevar apuntes de posibles temas para desarrollar en mi blog, y tengo más de 20 notas para desarrollar, algunas muy avanzadas, y que no logro concretar para publicarlas aquí. Eso sí me da coraje y me frustra un poco. Ciertamente no me he dado el tiempo yo para escribir, pero también tiene que ver con las actividades que quiero y necesito realizar durante la semana que no me dejan espacio para poner mi mente en blanco y poder concentrarme. Entre el trabajo, el ejercicio, mi novia, mi familia y mis amigos, poco tiempo me queda para estar totalmente despejado y armar ideas coherentes. Aunque parezca presuntuoso, me gusta escribir una entrada bien escrita, no solo publicar apuntes que me llegan en un momento de inspiración cualquiera. 

El penúltimo propósito también tenía que ver con este blog, y este sí lo cumplí desde el inicio del año. Cambiar la imagen del blog.  Justamente en enero me di el tiempo para escoger un nuevo formato para mostrar la pagina de mi blog; ahora se muestran todas las entradas en la página de inicio en fotos, no como antes que aparecía toda la entrada y solo cabían como 4 antes de tener que presionar "siguiente". Y me llevé una grata sorpresa. En verdad no sé si fue el cambio de imagen la razón, pero desde ese momento recibí muchísimas más visitas que antes. Antes de enero de este año recibía máximo 1700 visitas al mes. Lo normal era entre 600 y mil visitas. Pero el mismo mes que cambié los formatos, y desde el día que los cambié, las visitas se multiplicaron. En enero recibí un nuevo record de visitas: 3600. Y no ha bajado de 2600 por mes desde entonces. 

Por último, mi propósito de trabajar más eficientemente y dar mejores resultados en el trabajo. Esto más que otra cosa era una manera de tratar de poner más atención en lo que hago para ganarme la vida, y no solo cumplir una cantidad de horas a la semana para recibir un cheque. Quería sentir que estaba realizando más de lo que me pedía mi trabajo. Incluso pensar si estaba estancado en mi zona de confort. Por lo que requería preguntarme si estaba contento con mi trabajo, si necesitaba algún reto, si me sobraba tiempo para hacer proyectos independientes. Por lo que respecta a este propósito puedo decir que lo cumplí, aunque no en la manera que esperaba. Pensé mucho en lo que quería para mi futuro cercano. Me ayudó a esforzarme por hacer tiempo para ocuparme más, en vez de solo ir a trabajar por cumplir. Pero en agosto de este año, como escribí aquí, cambié de trabajo. Me contrataron en una empresa nueva y ahora tengo mucho más trabajo del que tenía antes, muchos más retos que superar (por no decir problemas a resolver) y gano más que antes. 

Después de todo, me sirvió mucho tener propósitos claros este año. Me ayudó a evaluar un año, como nunca lo había hecho. Espero terminar muy bien estas ultimas semanas, y enfocarme más el próximo año para no quitarle tiempo ni importancia a mis otras actividades, pero cumplir con los dos propósitos que se quedan pendientes en 2015. 

erotika

tired as bodies can get
feelings so hard to forget
numb mind and lips kissing sweat 
ready to leave as we met

tasting the tang of our souls
sweetness that springs from the core
goddess by god is adored
senseless, yet wanting some more

caresses start with a smile
wild groping game but not vile
fight fought with fierce yet with style
shutting the mind for a while

shocking bolts hitting the flesh
feeling alive as we thresh
burning but feeling more fresh
private good proof that we mesh

final blow hits with a roar
bodies exhausted and sore
end of the oldest folklore
feeling so light you could soar

eye contact only remains
bruises, emotional strains
rushing like blood in the veins
ready to start it again 



Un punto en Planilandia

“Te me haces conocido” me dijeron el otro día, una persona que nunca había visto. Y no era la primera vez. Mi cara es algo así como genérica. Creo que en mi caso Dios no rompió el molde cuando me hizo. Aunque en realidad, no rompió el molde de nada de lo que hizo en el universo, ni siquiera el universo mismo.

Lo dijo Neil deGrasse Tyson: estamos acostumbrados a pensar que somos especiales, pero cada vez descubrimos más evidencia de que no es así. Creíamos que vivíamos en un planeta al que todo el universo le daba vuelta. Luego supimos que no era así, éramos solo un planeta más que le da la vuelta al sol; un sol que creímos: este sí es el centro del universo. Y después supimos que el sol es solo una estrella más en una vasta galaxia, la cual no es única tampoco. 

Poco a poco hemos aprendido que lo que nos hacía especiales no es nada especial. Y todavía, la mayor parte del mundo cree que fuimos creados por alguien o algo que nos ama, porque ¿cómo podría ser de otra manera? Si no existe otra especie como nosotros. Aunque lo más correcto sería decir: no conocemos otra especie como nosotros. Y esa es prueba suficiente para dar por hecho que debe de existir algo superior a nosotros que influye o influyó en nuestras vidas. Sin embargo cada "prueba" de que algo sobrenatural exista en realidad es la falta de explicaciones. Antes eran fenómenos cotidianos que desconocíamos sus causas, pero como uno tras otro se fueron explicando: la lluvia, los eclipses, las enfermedades, ahora exigimos respuestas mucho más complicadas con el afán de demostrar que si no podemos explicar algo, es porque debe existir algo sobrenatural y superior a nosotros . 

Y aunque uno tras otro, todos los mitos, y todas las dudas se han ido despejando gracias a nuestra propia curiosidad y al conocimiento que creamos, seguimos pensando que forzosamente habrá algo que no podamos explicar y que es ahí donde se esconde Dios (ahí está, ya, lo dije). Al parecer, Dios es simplemente ignorancia. Si no sabemos algo, Dios es la razón. Si no entendemos por qué nos sucede una tragedia, es porque Dios nos está llevando por el camino que él quiere, y que obviamente es lo mejor para nosotros. Si no entendemos por qué nos sucede algo bueno, es Dios el responsable, y nadie más.

En el libro Planilandia, de Edwin A. Abbott, el cuadrado, una figura bidimensional, conoce a una esfera, y esta le enseña que existe una tercera dimensión, que él ignora completamente. La esfera saca al cuadrado de su mundo y le enseña la tercera dimensión. Cuando el cuadrado se da cuenta de que existe algo más de lo que él conocía, deduce que la situación no termina ahí: que debe de haber una cuarta y una quinta dimensión. A esta afirmación, la esfera lo ridiculiza, claro que no hay más que tres dimensiones. La esfera se vuelve cuadrada. Y el cuadrado, al aceptar que lo limitado de su conocimiento no limita la realidad, se convierte en vanguardista, y supera a la esfera.

Antes de llevar al cuadrado al mundo tridimensional, ambos observan el mundo unidimensional. Y luego ven a un punto. El pobre punto no sabe que existe nada más en el universo que él mismo. Incluso cuando escucha al cuadrado y a la esfera hablar, se ríe, porque no puede entender qué puede estar generando un sonido si solo existe él. Y lo dejan para seguir su camino, y ahí se queda el punto, sólo, convencido de que no existe nada más.


Y así creo que nos vemos nosotros muchas veces. Como un punto en Planilandia. Únicos. Pero no. No somos especiales. No somos los únicos. La naturaleza no hace un solo ejemplar de nada. No se rompió ningún molde. Si existe un universo, tal vez existan más universos. Si existe un multiverso, tal vez existan varios multiversos. Y pensando en eso, mi mente llega a un límite, y me doy cuenta que efectivamente, somos un punto nada más; un punto dentro de millones de multiversos.

Nadie en casa

Me había quedado solo en casa ese fin de semana porque mi familia  estaba de viaje. Yo tenía partido un de football americano al que no podía faltar, por lo que a pesar de ser fin de semana largo, por algún asueto oficial, me quedé en casa. No salí muy tarde el viernes por la noche porque tenía que abrirle a la muchacha que iba a limpiar la casa en la mañana. Normalmente si era la muchacha de confianza, la de toda la vida, le hubiéramos dado llave, pero esta era una nueva, por lo que tenía que levantarme temprano cuando llegara para abrir la puerta. 

Salí con mis amigos como normalmente lo hacía, pero cuando regrese a la casa, la puerta estaba abierta. Quiero decir que estaba sin llave, no que estuviera totalmente abierta. Pero yo recordaba haberla cerrado antes de irme, lo que me llamó la atención. En un inicio supuse que mi abuela pudiera haber llegado a la casa por alguna razón; yo sé que a veces tiene llave de la casa, pero la llamé varias veces en voz alta y nadie contestó. En realidad no estaba alarmado. Mi mente estaba tratando de hacer sentido que la puerta estuviera sin llave. Tal vez se me olvidó cerrarla y la dejé abierta las varias horas que me fui con mis amigos, aunque yo recordaba haberle puesto seguro; por lo que era posible que alguien hubiera abierto la puerta.

Lo siguiente que se me ocurrió fue que si alguien hubiera entrado, tendría que ser a robar, y faltaría algo, por lo que me puse a revisar que no faltara nada de valor. En realidad nada estaba fuera de su lugar. Tranquilamente revisé que no faltaran televisiones, o la computadora o algo en la sala. No faltaba nada. 

Por último revisé todas las puertas y todas las ventanas. De una por una, que todas estuvieran cerradas. Empecé por la lavandería que tiene dos puertas con acceso al exterior. Luego revisé la ventana de la cocina y los balcones. Bajé a la segunda planta a ver que la puerta del jardín tuviera llave, y todas las ventanas. Todo estaba en orden. Me despreocupé por completo y me fui al cuarto de la computadora a chatear un rato antes de dormir. 

Me metí al ICQ (sí, al ICQ, esto sucedió hace mucho tiempo) y me puse a platicar. Le conté a un amigo que estaba conectado lo que me acaba de pasar; lo de la puerta sin seguro, lo de que no había nadie en la casa y que al parecer no había pasado nada. Pero que seguía con una pequeña duda, porque yo estaba seguro de haberle puesto llave a la puerta cuando me fui. Mi amigo empezó a jugar diciéndome que seguramente sí había alguien en la casa, pero que estaba escondido. Que cuando me fuera a dormir iba a salir y me iba a matar. Yo respondía con jajaja's y uno que otro "pendejo".  Pero la verdad es que me empecé a asustar. Ciertamente la casa de mis papás, que es donde vivía entonces, es muy grande, y hay muchos lugares para esconderse. Ciertamente no revisé cada una de las esquinas de la casa. Mi menté empezó a imaginarse cosas. Mi amigo continuaba  escribiéndome tonterías para alarmarme. "Cuidado con los ruidos que escuches", "ponle seguro a la puerta de tu cuarto", "¡cuidado! está atrás de ti". Respondí al último comentario con un jajaja más, pero después volví la cabeza hacia atrás solo para verificar que en realidad no hubiera nadie. 

Después de un rato me fui a la cama. Pero seguía un poco intranquilo. Cada ruido me alarmaba. Estuve muy atento a cualquier sonido que me resultara extraño.  Me dio miedo. Pero al final, me dormí. 

A la mañana siguiente me levanté apurado. Eran las 9:30 de la mañana, y yo tenía que abrirle la puerta a la muchacha a las 8 en punto que iba a llegar. Me puse rápido unos shorts y salí de mi cuarto casi corriendo, preocupado que la muchacha llevara una hora y media afuera esperándome. Pero cuando salí la vi ya, en el pasillo que lleva a la entrada, barriendo. Me sorprendió, porque no pensé que mi mamá le hubiera dado una llave para entrar, pero me alivié de que no estuviera afuera esperando o que se hubiera regresado a su casa pensando que no había nadie. Me di la vuelta para volver a mi cuarto y dormir un poco más, pero me ganó la curiosidad y le pregunté '¿cómo entraste a la casa?' A lo que ella muy despreocupada me respondió: ah, la puerta estaba abierta. 


Rainmaker

Cuando tenía 10 años le pedí a mi mamá que me comprara un libro que se llamaba 'El fabricante de lluvia'. La novela me aburrió desde el principio, me quedé estancado, y nunca lo terminé. Pero en 2008 me di cuenta que del total de libros que tenía en mi estante, no había leído alrededor de 25%, y lo peor era que seguía comprando libros para leer. Entonces decidí no comprar más libros hasta haber leído todos los que tenía. Los acomodé horizontalmente en mi librero para identificarlos; siempre me ha gustado ver mis libros como trofeos que gané por mi esfuerzo. Por eso más me daba pena ver tantos libros que ni siquiera sabía de qué se trataban. Me decidí a presumir solo los libros que había leído, y comencé a leer aquellos que había dejado en 'stand by'.

Como eran tantos libros y no sabía por cuál empezar, decidí retomar el primer libro que dejé trunco: ‘El fabricante de lluvia’. Ciertamente el libro es bastante aburrido, sobretodo para un niño de 10 años. De toda la historia solo hubo un episodio que me entretuvo y llamó mi atención. De nuevo batallé, pero esta vez sí lo terminé, y me perdoné por no haberlo terminado 15 años antes. Pero después de terminar ese, seguí con otros con los que me llevé muy gratas sorpresas. Retomé un libro italiano que compré cuando estudié en Turín. Enseguida recordé por qué lo había dejado inconcluso: en la primera página del libro había una frase que no había entendido. Una frase es exageración, fue una sola palabra la que no entendí y eso me hizo renunciar al libro completo. Vamos, mi italiano no era tan bueno cuando escogí el libro y mi intención era mejorarlo, no frustrarme. Pero esta vez me tragué mi orgullo, busqué el significado y continué con la lectura. Y cada vez que no entendía algo, lo buscaba en el diccionario o en internet. Aprendí más italiano, y leí uno de los mejores libros que he leído hasta ahora. 

De todos los libros que terminé, más de la mitad valieron la pena. Leí al menos dos que están en mi lista de favoritos. Y también hubo algunos que otra vez no terminé; pero esta vez no me sentí mal por no terminarlos. Les di su oportunidad, pero hay libros que no son para todos. También rompí mi propósito de no comprar más libros mientras no hubiera terminado los que tenía, pero tampoco eso me importó mucho; hay algunos libros que me llaman poderosamente mi atención, y no me da la gana dejarlos para después. Pero este ejercicio me ayudó mucho a leer más. Alguna vez leí los derechos del lector de Daniel Pennac, que compartió Sergio de Regules, y uno de ellos era dejar sin terminar un libro. Y estoy muy de acuerdo con eso, pero también pienso que hay que darle oportunidad al libro para que nos cautive. (Otro de los derechos es el derecho a no leer; muy importante para nosotros los lectores que a veces nos sentimos mal por pasar semanas o incluso meses sin levantar un solo volumen). Pero si el libro que escogimos no nos atrapa o no nos entretiene, podemos hacerlo a un lado y tomar otro. La lectura se trata de disfrutar y hay millones de libros para escoger, no hay necesidad de casarnos con uno. Es justamente por eso que fracasan los intentos de infundir la lectura en los niños cuando van a la escuela: en vez de preguntarles qué quieren leer, les obligan a leer libros que escogen otras personas. O les obligan a leer clásicos que les dicen que les deben de gustar, porque son clásicos; si a casi todos les gusta por qué a ti no. Pues porque no somos iguales todos y muchos clásicos son aburridos, por eso.

Pero lo bueno es que por material no paramos. Hay suficientes temas, cuentos, novelas, biografías, series y tragedias para entretener años y años de lectura; hay libros de todos los géneros, para todos los gustos y para todas las edades. Diferentes tipos de lectura para diferentes estados de ánimo y diferentes puntos de vista. Se puede comenzar a leer en cualquier lugar y a cualquier edad. Se puede empezar a leer con lo que le gusta y le interesa a uno; y eso te lleva a leer de otros temas que a su vez te llevan a otros temas. No se necesita ser el gran lector para ser un lector cotidiano. Se puede comenzar leyendo blogs (guiño) o revistas de los temas que nos interesan. Si no sabemos qué leer, hay muchas maneras de encontrar algo que nos interese. Podemos platicar con gente que lee, amigos que tengan el hábito y puedan contarnos sobre algún libro interesante. Podemos leer recomendaciones de libros en Amazon y otros medios electrónicos que venden libros; leer lo que otros piensan ayuda mucho a decidir si empezar a leer un libro o no. 

En fin, excusas para no leer hay muchas, y sin embargo, hay muchas más razones para empezar a leer. Y para mí, ese fabricante de lluvia que me desalentó cuando era niño también me quitó esa responsabilidad autoimpuesta de leer sin gusto, y me ayudó a  leer más, siempre disfrutando lo que leo.

 

La estupenda vida de los inadaptados

Si vieron alguna vez la película de Rodolfo el Reno de 1964, se acordarán de un lugar a donde llegaban todos los juguetes que no encajaban en el mundo. Estos juguetes no funcionaban para lo que estaban hechos: había un avión que no volaba y un tren con llantas cuadradas. Este lugar se llamaba La isla de los juguetes inadaptados. Rodolfo el reno llegaba ahí con su amigo el duende que quería ser dentista. En la historia ellos querían quedarse ahí, porque se sentían a gusto entre otros personajes que tampoco encajaban en la sociedad. 

En nuestra sociedad, la tecnología nos dio nuestra propia isla de los inadaptados: Facebook. Pero en vez de ser un lugar donde pudieran encajar los que no encajan en ningún lugar siendo como son y escondiéndose de los demás, este es un espacio donde todos los inadaptados pueden hacer creer a los demás que no lo son. O por lo menos intentar hacer creer.  Usan Facebook como un disfraz en el que se sienten cómodos porque la gente no puede ver lo que realmente hay dentro de la botarga. Pero, lo que al parecer que no se dan cuenta es que nadie confunde un disfraz con la realidad. Aunque no se puede saber cómo es la persona dentro del disfraz, sabemos con certeza que no es realmente así como la vemos. Al final los únicos que lo creen son los mismos inadaptados que se esfuerzan por engañar a los otros. 

No se necesita Facebook para ser de esas personas. Antes del Facebook ya existían todos los que mentían sobre su vida para hacerla más interesante para los demás. Pero ahora con esta red social, es más fácil para ellos aparentar lo que no son. Con fotos y estados publicados en su muro, se esfuerzan por mostrarle a todos lo estupenda que es su vida. Y ¿cómo es que nos damos cuenta del disfraz que están usando? Porque no dejan de hablar de su estupenda vida todo el día, todos los días. Si platicas con tus amigos un sábado por la noche con cerveza te vas a dar cuenta que nadie platica que se compró dos camisas en el cetro comercial, y nadie presume que haya manejado su coche, a menos que se haya subido a un Audi R8  o algo por el estilo; porque ese es el ambiente en el que te mueves. Si le platicas eso a un albañil, te va a tachar de presumido, engreído y mamón, porque para ellos comprar camisas en el centro comercial es un lujo que no se pueden dar, y simplemente no tienen carro, no puede ni conducir uno económico. Por eso mismo, cuando platicas con alguien que tiene mucho dinero, no te presume que se compró ropa carísima en alguna tienda europea o en Nueva York, porque para ellos eso es normal. Cuando te lo presumen es cuando te das cuenta que es especial para esa persona. Por lo tanto, cuando entras a Facebook y ves que alguien publica todos los días que se fue de compras a no sé dónde, que se va de viaje a aquí y a allá, y hasta publica su ubicación para que sepas que estuvo en el aeropuerto, te das cuenta que aunque quieren aparentar que su vida tiene un nivel, en realidad eso que presumen es algo especial para ellos, no lo normal.




Y lo más triste de la vida de los inadaptados es cuando alguno quiere demostrarle a todos cuánto quiere a su novio o novia, o a su esposo o esposa. Cuanto más cyber-afecto se demuestran, menos creo que estén enamorados. El cariño se nota con muchas otras cosas que no son el falso “te amo con todo mi corazón” del cuál esperan recibir 100 ‘likes’. Esas personas se parecen a los que practican los cursos de autoayuda y repiten mil veces soy rico, para ver si así se les cumple.


Tratar de hacer creer a los demás que tienes una estupenda vida cuando no la tienes me recuerda a la escena de The Devil Wears Prada, cuando la asistente se da cuenta de que no quiere convertirse en su jefa, y la jefa (Meryl Streep) le dice que no sea ridícula, que todos quieren la vida que ellas tienen. La asistente se da cuenta que efectivamente, todos quieren esa vida, pero solo porque no saben lo que conlleva. En esa escena, Meryl Streep termina la frase y se acomoda los lentes oscuros, como poniéndose la máscara que todos quieren ver para salir del coche hacia los periodistas que le toman fotos y que todos la vean y la envidien, aunque su vida esté por los suelos. Y nosotros como espectadores de la película sabemos su realidad. Lo mismo pasa cuando en Facebook la gente trata de engañar publicando exageraciones de su estupenda vida.

 

Encontrar un regalo perfecto

Es muy agradable encontrar regalos para alguien más que uno disfruta mucho también. No como la bola de boliche que Homero Simpson le regaló a Marge, sino un autentico regalo que se le hace a alguien pensando solamente en esa persona pero que da gusto regalar y a veces uno también llega a disfrutar de él. 

Desde hace algunas semanas la gringa se emocionó diseñando casas en las que podríamos vivir en un futuro. Como nos vamos a casar el proximo año, estamos viendo si nos queremos cambiar de casa. Hemos estado viendo casas en venta y renta cerca de donde vivimos o en ubicaciones donde nos gustaría vivir. Y con mi nuevo trabajo donde tengo que administrar los proyectos de construcción de casas-habitación, tuve la oportunidad de llevarla a ver las casas que estamos construyendo, las ubicaciones, y los planos de arquitectónicos. Pero esto de diseñar nuestra casa  empezó cuando se puso a dibujar la distribución de la casita en la que vivimos hoy. Luego le di ideas de cómo pudiera una casa para que no se encasillara con la distribución de esta casa en particular; le dije que pensara que incluso el terreno puede ser diferente y se pueden diseñar otras cosas, y ahi se desató. Empezó a diseñar en papel una casa para un terreno que esta a dos cuadras de donde vivimos, y que le gusta mucho porque es esquina de manzana. Lo primero que me pidió fue un borrador porque el del lápiz ya se había acabado. Luego llegué del trabajo con 20 hojas impresas que no se iban a utilizar, y se las di para que dibujara más casas; a la semana ya se las había acabado todas. Como la vi muy entusiasta, se me ocurrió que debía de haber alguna aplicación para el teléfono o el iPad que hiciera diseños arquitectónicos, entonces la busqué y encontré una muy completa y muy amigable. Nos pusimos a diseñar casas e incluso a competir a ver quien terminaba con el mejor diseño. Pero como la versión gratis de la planeación no dejaba guardar archivos propios, a la mañana siguiente Robin ya había pagado los 10 dólares que cuesta, y ya había rehecho lo que llevábamos diseñado la noche anterior.

Así ha estado, entretenida soñando cómo puede ser nuestra casa, qué queremos incluir, y cuánto espacio necesitamos. Batallando con los metros y los pies, y pero aun porque ni en metros ni en pies tiene sensibilidad en las dimensiones que se necesitan para una sala, una recamara o un comedor. Eso sí, la cocina la deja siempre más grande que las recamaras. 

Pero es por esto, y porque el próximo mes cumple años mi novia adorada, que cuando fui al Price Costco el viernes y vi un libro de esos que normalmente ves en las mesas de café o en algunas salas de conocidos sobre casas. El libro se llama Casas de Bajo Presupuesto, y tiene muchos diseños muy interesantes, con fotos y dibujos. Me gustó mucho desde que lo vi, pero hojeándolo me convenció de comprárselo de regalo de cumpleaños a Robin. Había otros libros parecidos, pero ninguno me gustó tanto. Uno era de diseños interiores, y otro que se llamaba Casas Bellas, pero se enfocaba mucho en acabados muy fantoches. Por lo tanto le compré el libro. 

Se lo tuve que dar hoy mismo, mas de un mes antes de su cumpleaños. El problema fue que cuando lo traté de esconder en el carro para no bajarlo, lo maltraté un poco, y me di cuenta que no lo iba a poder esconder ahi un mes. Cómo tenía que buscar un lugar para esconderlo en la casa y el libro no es pequeño, decidí dárselo ya y decirle que es su regalo de cumpleaños adelantado. Obviamente e emocionó mucho y lo empezó a ver, y lo primero que me dijo fue: ¡qué bien! está en español y en inglés, no voy a batallar para leerlo. Me dio mucho gusto este hecho porque en realidad no pensé en eso. A pesar de que el libro son en 90% imágenes, hay una descripción de la casa al inicio de cada una, y sería incomodo para Robin tener que leer en español algunos términos técnicos que incluyen. Aparte de que en nuestra casa las cosas en general serán bilingües. Es parte de juntar las culturas.

Pero ahora que lo estoy leyendo, me di cuenta que no solo viene en español e inglés: ¡también viene en italiano y en portugués! Justamente son los idiomas que conozco. Obviamente me emociona por el hecho de que no fue planeado, solo me gustó el libro y lo compré. Me parecía un muy buen regalo para Robin y ahora resultó ser uno excelente también para mí. Es una de esas situaciones donde siento que hice una muy buena compra; y encontré un regalo perfecto para mi novia, para nuestra casa y para mí. 





Conecta los puntos


En el 2006 tuve un accidente automovilístico: me pasé un alto y choqué contra una chica que me contrató para un nuevo trabajo 9 años después.

En 2011 tenía 3 proyectos estables y mucho dinero ahorrado sin planes de casarme pronto, por lo que decidí dejar la casa de mis papás e irme a compartir renta con dos amigos. Después de 3 meses me cancelaron mis proyectos "estables" y me quedé sin trabajo. Empecé a buscar empleo y después de varias entrevistas sin suerte una chica me llamó de una empresa que se llama Prodensa. Una semana después estaba trabajando en esa empresa, y tres años después me comprometí con la hija de uno de mis clientes del primer proyecto en el que trabajé para Prodensa.

Me gusta pensar en los caminos que tuve que tomar para llegar a donde estoy. Si no decido salirme de casa de mis papás, y tan inseguro estaba que fue un volado (literalmente) lo que me hizo tomar esa decisión, no hubiera estado en apuros económicos cuando me cancelaron los tres proyectos que tenía para asegurar mi independencia en el corto plazo. Si no hubiera estado en apuros, no hubiera entrado a Prodensa en 2012. Si no entro a Prodensa, no conozco a quien ahora es mi suegro, Randy, y por quien conocí a mi novia. Y no le hubiera comprado un anillo de compromiso.

Y si hace nueve años no hubiera chocado con aquella chica, que después me dijo que se llamaba Kathia, no la hubiera conocido. No hubiéramos sido amigos y por lo tanto, no la hubiera reconocido hace dos meses cuando fui a una entrevista para una empresa que esta en el mismo edificio de oficinas donde ella trabaja. Ni siquiera estaba tan interesado en el trabajo cuando me llamaron. Fui a esa entrevista solo por no dejar. Por lo que me sorprende muchísimo que me llegó una oportunidad profesional indirectamente gracias a eso. Me sorprende pensar en lo que tuvo que pasar para que esto sucediera, y me deja pensando en lo que puede estar pasando ahorita, que en un futuro tenga una repercusión interesante en mis planes.

Me deja la responsabilidad de procurar mi presente, por no saber el futuro que pudiera afectar. De dejar una buena relación con todas las personas con las que convivo, o por lo menos con la mayoría. Evitar conflictos y problemas innecesarios. Escoger bien las batallas. De agradecer a todos los que te ayudan en el camino. De ser humilde y respetuoso con todos. Pero sobre todo me deja la responsabilidad de valorar cada aprendizaje, cada oportunidad. Porque nunca sabes qué te va a salvar en el futuro. Y si con quien fuiste buena persona resulta no corresponder, por lo menos mal no te hizo.

Me voy de mi trabajo muy agradecido y muy entusiasmado. Muy agradecido con mis jefes, en especial con mi jefe directo. Muy entusiasmado por el conocimiento que me dejó Prodensa. La experiencia ganada es invaluable. Conocí a mucha gente buena, amistosa, agradable. Me quedo con mucha gente a quien le tengo muy buena estima. Me voy con amigos nuevos, y con novia. Sé que dejé muchas puertas abiertas, y también se que hay otras que cerré al salir. Pero me voy contento. Y estoy muy seguro que en el futuro, no se cuándo, pero mis tres años en Prodensa me van a alcanzar, y voy a volver a hacer el recuento de lo que tuvo que haber pasado para llegar ahí.

El mensaje a los espíritus



Estoy leyendo un libro muy interesante acerca de la historia de la humanidad (De animales a dioses, Breve historia de la humanidad de Yuval Noah Harari, editorial DEBATE). Cada capitulo que leo es un deleite y me hace reflexionar mucho. Acabo de leer una parte que me llamó mucho la atención y quería dejarla por aquí. 

El capítulo trata sobre el imperialismo y la conquista de las civilizaciones en el mundo entre los siglos XV y XIX, pero los parrafos cuentan una anécdota muy interesante: 

El 20 de julio de 1969, Neil Armstrong y Buzz Aldrin ponían un pie sobre la superficie de la Luna. En los meses que antecedieron a su expedición, los astronautas del Apolo 11 se adiestraron en un remoto desierto de aspecto lunar del oeste de Estados Unidos. La zona es el hogar de varias comunidades de americanos nativos, y hay una historia (o leyenda) que describe un encuentro entre los astronautas y uno de los habitantes locales:

      Un día, mientras efectuaban actividades de adiestramiento, los astronautas se encontraron con un anciano americano nativo. El hombre les preguntó qué hacían allá. Le contestaron que formaban parte de una expedición de investigación que muy pronto viajaría a explorar la Luna. Cuando el anciano oyó esto, quedó en silencio por unos momentos, y después pidió a los astronautas si le podrían hacer un favor.
- ¿Qué quiere usted?- le preguntaron.
- Bueno- dijo el anciano-, la gente de mi tribu cree que en la Luna viven espíritus sagrados. Me preguntaba si ustedes les podrían transmitir un mensaje importante para ellos de parte de mi pueblo. 
-¿Cuál es el mensaje?- preguntaron los astronautas.
     El hombre pronunció algo en su lenguaje tribal, y después les pidió a los astronautas que lo repitieran una y otra vez hasta que lo memorizaron correctamente.
-¿Qué significa?- preguntaron los astronautas.
-¡Oh!, no puedo decírselo. Es un secreto que solo nuestra tribu los espíritus de la Luna pueden conocer.
     Cuando volvieron a su base, los astronautas buscaron y buscaron hasta que encontraron a alguien que podía hablar el lenguaje tribal y le pidieron que tradujera el mensaje secreto. Al repetir lo que habían aprendido de memoria, el traductor empezó a reírse ruidosamente. Tras calmarse, los astronautas le preguntaron qué quería decir. El hombre les explicó que la frase que habían aprendido de memoria con tanto cuidado decía: No crean ni una palabra de lo que esta gente les diga. Han venido para robarles sus tierras.

De ser cierta la anécdota, me pareció muy conmovedora. Un nativo que conoce lo que le hicieron a su pueblo trata de advertir a otro pueblo, que ni siquiera sabe si existe, de un gran peligro. Lo hace en su propio idioma creyendo que en la Luna pueden llegar a entenderlo de haber personas ahí. 

Parece que la indignación y el dolor por lo que perdieron sigue vigente después de 400 años. Y me hizo pensar que no todos ven a la tecnología y los avances científicos como un progreso. Conocemos la historia de lo que los vencedores hicieron a los vencidos. Si no hubiera tanta crueldad en esos hechos, todos celebraríamos indudablemente lo que hemos alcanzado con el conocimiento. Aunque bueno, tal vez no.  

Caminando juntos (Walking together)

Ya desde hace mucho tiempo me di cuenta que no valía la pena preocuparse por tener novia, por enamorarme, por estar con alguien o por no quedarme solo. Hasta llegué a pensar en la posibilidad de nunca encontrar con quien estar a gusto y pleno. Me siento muy bien sin esos prejuicios de  la vida en pareja o solitaria. Empecé a hacerle más caso a los dichos de "más vale solo que mal acompañado" o lo que dijo Robin Williams "Solía pensar que la peor cosa en la vida era terminar solo. No lo es. Lo peor de la vida es terminar con alguien que te hace sentir solo". Me convencí de que para llegar a encontrar a alguien con quien valiera la pena estar, primero tenía que entender que es necesario poder ser feliz solo. Si no eres feliz contigo mismo, tal vez puedas encontrar la felicidad con alguien más, pero tu felicidad siempre dependerá de otra persona. Yo no creo que mi felicidad deba de estar fuera de mi control. Si puedes ser feliz contigo mismo, cuando encuentras a alguien con quien quieres estar, resulta más sencillo ser feliz y hacer a alguien feliz; porque no estás con alguien por necesidad, sino porque en realidad quieres estar con ese alguien. Y yo por fin encontré a alguien con quien quiero estar y con quien quiero compartir mi vida.

Encontré alguien a quien amo y me ama. Con quien pude establecer una relación con nuestras propias reglas y sin clichés. Nadie nos presionó para hacer nada que no quisiéramos, y las tradiciones sociales poco nos importaron para comportarnos de una manera que no fuera como realmente queriamos. Cuando me pregunten si vine por mi libre y espontanea voluntad, voy a decir que sí confiado en que es totalmente cierto. Nunca me había sentido con tanta libertad en una relación de pareja. El complemento que no limita ni afecta la otra parte, simplemente comparte y disfruta de la compañía, de la visión imperfecta y que así la desea, imperfecta.

Las ganas de compartir experiencias, tiempo, espacio. Saber que para lograr que una vida funcione y se disfrute se necesita aportar con generosidad nuestro ser. Al final es todo lo que tenemos, nosotros mismos; lo demás son ficciones de nuestra imaginación. Por eso nos damos y nos entregamos, para sentirnos vivos. Porque solo importamos nosotros. Nosotros. Qué bonita palabra. Ya no soy yo, ya no es ella. Y sin embargo, lo que nos hace especiales es que vamos cada quien en su camino, pero agarrados de la mano. Caminando juntos.

Por eso hoy es un día diferente. Porque doy un paso más en mi vida, pero no lo doy solo, tal vez por primera vez. Y quiero seguir caminando acompañado, pero no por estar acompañado, sino porque quiero estar con ella. No me interesa estar casado. Quiero casarme con ella. Y por eso hoy voy a pedirle a mi novia que se case conmigo.





It's been a while since I realized that it was not worth worrying about finding a girlfriend, falling in love, being with someone or not ending alone. I even thought about the possibility of never finding someone with whom to feel at ease and fullfilled. I feel very well without those prejudices about the married life or the lonely life. I began to pay more attention to the words of "better alone than in bad company" or what Robin Williams said "I used to think that the worst thing in life was to end up all alone. It's not. The worst thing in life is ending up with people who make you feel all alone". I am convinced that in order to find someone worth being with, I first had to understand that it is necessary to be able to be happy by myself. If you can't be happy on your own,  you might be able to find happiness with someone else, but your happiness will always depend on another person. I do not think my happiness should be out of my control. If you can be happy all by yourself, then when you find someone you want be with, it is easier to be happy and make someone happy, because you are not with that person out of necessity, but because you really want to be with that someone. I finally found someone I want to be with and with whom I want to share my life.

I found someone whom I love and who loves me. With whom I was able to establish a relationship with our own rules and without clichés. Nobody pressured us to do anything we didn't want to do, and we did not follow social traditions when we didn't think they fitted us. When the judge asks me if I came spontaneously and by my own free will, I will say yes with confidence because that is absolutely true. I had never felt so free in a relationship. The complement did not limit or affect the other part, but it simply shared and enjoy the company of imperfect companion; and thats exactly how it was wanted, imperfect.

The desire to share experiences, time, space. Knowing that to achieve a life worth living, work and enjoyment is needed in order to give  ourselves generously to each other. As it is all we have, ourselves; everything else are figments of our imagination. That's why we fully give ourselves, to feel alive. Because only we matter. We. What a beautiful word. It is no longer I, it is no longer her. And yet, what makes us special is that we can each walk our way holding hands. Walking together.


So today is a different day. Because I'm giving a big step in my life. But I won't give it alone, maybe for the first time. And I want to keep walking accompanied. But not for the sake of being accompanied, but because I want to be with her. I do not want to be married. I want to marry her. And so today I'm going to ask my girlfriend to marry me.