(Primera parte)...
Bueno, algo tengo claro, no voy a votar por el PRI y no voy a votar por Andrés Manuel.
Bueno, algo tengo claro, no voy a votar por el PRI y no voy a votar por Andrés Manuel.
Hay algo que debe de quedar claro para entender por qué me rehuso a apoyar a un candidato que promete un cambio verdadero en el país: Andrés Manuel López Obrador no representa el cambio. Los que dicen que PRI y PAN son más de lo mismo deberían de tener claro que Andrés Manuel también es más de lo mismo. Tal vez la corrupción sea en otra forma, pero no va a hacer absolutamente nada para tratar de mejorar al país. Va inventar instituciones, va a inventar programas de ayuda, va a inventar propuestas, pero no va a mejorar al país. Los más pobres van a seguir siendo los más pobres. Los ricos van a seguir siendo los más ricos, tal vez solo se vayan a otro país, o tal vez solo sean menos ricos, pero seguirán siendo los mismos. Los políticos van a seguir haciendo de las suyas, y los que sean parte de su circulo cercano, esos sí se van a enriquecer. Esto lo tengo claro, el país no va a mejorar, solo va a cambiar de villano.
Pero entonces si creo que no va a cambiar nada, ¿por qué no darle una oportunidad? Si como quiera son solo 6 años y luego podemos intentar con algún otro villano ¿por qué no votar por él? El problema es que Andrés Manuel es realmente un dictador en potencia. No repito lo que alguien más me dijo, evaluó lo que veo. Andrés Manuel no acepta que alguien lo contradiga. No acepta sus errores, descalifica a quién lo critique. Esto es lo que veo en él y cualquiera que lo conozca puede darse cuenta. Y cuando una persona no acepta sus errores y culpa a todos los demás por sus propias fallas jamás va a mejorar ni va a realizar un cambio, porque está seguro de que si algo no funciona quien tiene que cambiar es alguien más, no él, no su estrategia, no su ideología. No tiene autoridad moral para criticar a los demás porque no trata con respeto a nadie que dude de su palabra. Cuando alguien contradice lo que él asegura, lo descalifica, y la gente que lo sigue le cree ciegamente. Él sabe esto y lo usa a su favor, engaña a la gente porque sabe que confían en él. Su candidatura ya se volvió una religión, los hechos no importan, solo importa lo que él diga.
Otra razón por la que no quiero que sea presidente es que no tiene ideas razonables. Cuando le preguntaron qué iba a hacer con la gente que robaba combustible su respuesta fue “vamos a llamar a los mexicanos a un acuerdo por la honestidad, esto va a cambiar, si el presidente es honesto los gobernadores van a ser honestos y todo el pueblo", "[¿eso va a desaparecer a la gente que se roba la gasolina?] claro que sí, porque no van a tener necesidad”. Esa fue su respuesta, la gente va a cambiar porque él no va a robar. Eso no es un plan, eso es un deseo, y ni siquiera él puede cumplir algo solo porque lo desea. De hecho se contradice a sí mismo, porque el fue jefe de gobierno de la ciudad de México del 2000 al 2005 y aunque dicen que hizo un buen trabajo no acabó con la corrupción (claro que él alegará que el presidente sí era corrupto y por eso no podía evitar la corrupción en su ciudad); pero veamos a su partido, donde él manda: la gente de su partido es corrupta, queda claro que si él no es corrupto no ayuda a que otros no lo sean, aunque en realidad yo pienso que sí es muy corrupto, tal vez por eso no le sale su plan. Y ese es el tipo de ideas ilógicas con las que Andrés Manuel responde cuando le hacen preguntas de fondo. Repite y repite que él es congruente y que no es corrupto, pero las evidencias hablan por sí solas; quienes le creen es porque lo idolatran y no quieren ver lo malo.
Desde el año pasado propuso una amnistía para los delincuentes, con lo que abre una ventana muuuuy grande para poder escapar cuando le cuestionen su incongruencia al aceptar a políticos corruptos o cuando no pueda acabar con el narcotráfico. Con cada idea descarrilada que menciona se puede ver un plan con el cual justificar algún acto de corrupción futuro o alguna política fallida. Se niega a aceptar que la universidad que creó solo sirvió para mantener a más personas desempleadas y mantenidas por el gobierno, y lo peor es que lo quiere implementar a nivel nacional cuando sea presidente. Todo bajo una ideología socialista, y es aquí donde entra mi miedo.
Está comprobado que el socialismo no funciona; el país que salió adelante siendo comunista (China) no lo hizo siguiendo las políticas económicas del comunismo, sino que se abrió al capitalismo. Regalar dinero a las personas no funciona y no dejo de escuchar a Andrés Manuel repetir eso. Y lo peor de todo es que conocemos en América un caso donde se implementaron ideas muy parecidas a las de Andrés Manuel. Venezuela lleva 18 años bajo el mismo régimen Chavista que los ha dejado hundidos en una crisis económica y social de las peores que hemos visto en las ultimas décadas. Yo no quiero poner en riesgo lo que tenemos (por más criticable que pueda ser) eligiendo al único candidato que tiene tintes de dictador. Y si no lo creen, busquen videos de Hugo Chavez antes de ser elegido presidente, escuchen lo que dice, es prácticamente Andrés Manuel.
Los que critican a los partidos políticos, deben de criticar a Andrés Manuel, es lo mismo que todos. Salió del PRI, luego estuvo en el PRD y fue parte de la peor tribu de este partido, que ahora lo siguen en MORENA. Si pudiera cambiar algo, ya lo habría hecho.
Y el otro candidato por el que jamás votaría es Jose Antonio Meade, y no porque él sea un mal candidato, sino por el partido que lo postuló. El PRI para mí representa lo peor que tenemos en este país. El PRI para mí es sinónimo de corrupción, de avaricia, de saqueo, de asco. Son los peores políticos en los que puedo pensar (y vaya que ya es decir mucho porque los odio a todos). En los gobiernos del PRI cambiaron los tratamientos de quimioterapia por agua destilada para los enfermos y se robaron el dinero que ahorraron. El PRI pacta con el crimen organizado y los dejan hacer lo que quieran. El PRI roba decenas de miles de millones de pesos cada sexenio en diferentes estados para financiar las campañas presidenciales o las de otros estados. Son el escaño más bajo en el que puede caer un político mexicano. Ellos inventaron las trabas en los trámites para poder pedir dinero al que necesite que sean eficientes. Se mueven solo por intereses y nada más. Jamás van a mover un solo dedo por algo que no les traiga algún beneficio personal y no se preocupan en absoluto por la gente necesitada del país. Para mí los priístas no valen nada.
Por el PRI no voy a votar jamás, pero eso no me preocupa porque Meade empieza con el pie izquierdo, abajo de Ricardo Anaya. Ricardo Anaya, al día de hoy, 20 de febrero, es el candidato por quien votaría si hoy fueran las elecciones.
Creo que queda claro que odio a los políticos, y no defiendo a ninguno; pero yo creo que votar es lo correcto y que anular mi voto ayuda a los malos, prefiero votar por el menos peor, y ese es hoy Ricardo Anaya; en algunos meses veremos qué pasa y puede que mi decisión cambie, pero el PAN en esta ocasión no me parece mala opción, y si son la esperanza para que Andrés Manuel Lopez Obrador no sea presidente, entonces los voy a apoyar con mi voto.
De los independientes no tengo muchas ganas de perder tiempo hablando de ellos. Margarita Zavala, la niña chiflada que se enojó porque quería ser la maestra y no la dejaron entonces se fue a jugar sola. El Bronco, un mentiroso que dejó su puesto de gobernador tirado sin importar sus promesas ni su dignidad (mi único consuelo es que lo más probable es que la gente que vote por él, votaría por Andrés Manuel de no estar en la boleta). Y a Armando Ríos Piter no lo conozco, no puedo dar una opinión de él. Recuerdo haber escuchado algo sobre él en las noticias el año pasado que me molestó, mas no sé nada de su trayectoria más que formó parte del PRD.
En conclusión, la política de mi país es una burla. Los políticos son corruptos, todos. La gente que apoya a uno u otro o está negada a aceptar la realidad en la que viven, o van a recibir algún beneficio por su apoyo. Tengo esperanza en que un día llegue un político desinteresado que no pueda ser comprado con dinero o favores. Pero también tengo mucho miedo de que sigamos los pasos de Venezuela y perdamos la poca democracia que tenemos.