All'alba vincerò!

'Mi misterio está encerrado en mí,
mi nombre nadie sabrá, no, no.
Sobre tu boca lo diré
cuando la luz brille.'

'Disípate noche, ocúltense estrellas,
ocúltense estrellas,
al alba venceré, venceré,
venceré.'

Esa es la traducción literal de algunas partes del aria de la ópera Turandot, de Giacomo Puccini. Es la parte más famosa de la ópera, y con razón. La música es bellísima, sobretodo cuando es interpretada por tenores con talento. 

Hace algunos años, le puse atención a la letra, y no lograba descifrar lo que decía. En 2004 fui a estudiar al Politecnico di Torino y aprendí italiano; desde entonces me gusta escuchar música italiana y traducir lo que escucho. Esta canción no me hacía ningún sentido. ¿Qué tenía que ver el alba con que alguien triunfara? ¿Cuál era el reto que se terminaría en la mañana? ¿por qué nadie sabría su nombre? Y ¿por qué no quería que nadie durmiera? Todas esas respuestas las entendí cuando leí el resumen de la ópera. 

La historia de Turandot es la de una princesa china, bella, a la que muchos pretendientes intentan conquistar, pero ella se resiste, poniendo como condición que respondan correctamente tres acertijos, y que de responder correctamente aceptaría el matrimonio, pero de lo contrario, el pretendiente deberá morir. Esta condición ya ha acabado con la vida de varios príncipes que intentan conquistar a la princesa china, hasta que llega uno diferente. Este personaje es un desconocido de Pekín, quien estando en la ciudad ayuda a un anciano ciego que resultó ser su padre. El anciano venia ayudado de una esclava, y era un rey de otro país, que habiendo sido derrotado por un invasor, se exilió en Pekín. El desconocido, sabiéndose príncipe,  se presenta con una multitud para pedir piedad ante un pretendiente de la princesa que va a ser ejecutado por no haber respondido bien a los acertijos. El desconocido ve a la princesa y se enamora, y pide una oportunidad para casarse con ella. A pesar de los intentos de su padre, de la esclava e incluso de tres ministros del emperador para evitar que arriesgara su vida por el amor de la princesa, él pide que le formulen los tres acertijos. 

En esta parte se conoce el por qué de la frialdad y el odio de la princesa hacia los pretendientes: una de sus antepasados fue violada por un extranjero y dejada a su muerte. Turandot realiza estos actos de crueldad intentando vengar a su antepasado, matando a los extranjeros que vienen de todos lados a tratar de conquistarla. Cuando el desconocido se enfrenta a ella, esta le hace la primer pregunta: '¿Quién es el fantasma que cada noche nace de nuevo en el hombre y muere cada día?' A lo que el desconocido contesta acertadamente: 'la esperanza'. La segunda pregunta es: '¿Qué es lo que flamea como una llama y no es fuego, y arde como la fiebre, pero se enfría en la muerte?' El príncipe responde correctamente otra vez: 'la sangre'. Turandot se pone nerviosa ya que solo le queda un acertijo: '¿Qué es lo que quema como el hielo, y cuanto más frío es, más quema?' El príncipe desconocido duda algunos instantes, y la princesa se tranquiliza pensando que no va a saber la respuesta, pero el desconocido la observa y responde: 'Turandot'. La respuesta es tomada como correcta, y el reino de China celebra la hazaña. 

La princesa se rehusa a casarse con él, pero el emperador la obliga diciéndole que su palabra fue dada. Al ver, el desconocido, la fuerte oposición de la princesa, este le hace una oferta, un acertijo de su parte. Si ella adivina el nombre del príncipe antes del amanecer, él morirá; pero si no, se casará con ella. Turandot manda a todos sus sirvientes y guardias a que averigüen el nombre del desconocido, y ordena pena de muerte a quien esconda ese secreto. Toda la noche buscan el nombre del desconocido príncipe sin encontrarlo, y... es ahí donde canta el aria de 'Nessun Dorma':


Il principe ignoto
Nessun dorma! Nessun dorma!
Tu pure, o Principessa,
Nella tua fredda stanza
Guardi le stelle
Che tremano d'amore e di speranza.
Ma il mio mistero è chiuso in me,
Il nome mio nessun saprà!, no, no
Sulla tua bocca lo dirò!...
Quando la luce splenderà,
Ed il mio bacio scioglierà il silenzio
Che ti fa mia!...
Voci di donne
Il nome suo nessun saprà...
E noi dovremo, ahimè, morir, morir!...

Il principe ignoto
Dilegua, o notte!... Tramontate, stelle! Tramontate, stelle!...
All'alba vincerò!
vincerò! vincerò!



El príncipe desconocido
¡Que nadie duerma! ¡Que nadie duerma!
¡Tampoco tú, oh Princesa,
en tu fría habitación
miras las estrellas
que tiemblan de amor y de esperanza...!
¡Pero mi misterio está encerrado en mí!,
¡Mi nombre nadie lo sabrá! No, no
Sobre tu boca lo diré
Cuando la luz brille
¡Y mi beso fulminará el silencio
que te hace mía!
Voces de mujeres
Su nombre nadie sabrá...
¡Y nosotras, ay, deberemos, morir, morir!

El príncipe desconocido
¡Disípate, oh noche! ¡Ocúltense, estrellas! ¡Ocúltense, estrellas!
¡Al alba venceré!
¡venceré! ¡venceré!






Esta parte de la historia es muy conmovedora, y la música es simplemente bellísima. Me fascina. La mejor interpretación de este aria que he escuchado es de Luciano Pavarotti, en París, en 1998. Es increíble, sobre todo el final. Me gusta muchísimo y me emociono cada vez que lo escucho. Por eso quise escribir sobre esto; simplemente por un gusto personal. Es una de las piezas musicales que más disfruto. 





Epílogo:
Si quieren saber el final de la historia les recomiendo que vean la opera; es muy buena la historia. Por si no la piensan ver se los cuento aquí: los guardias encuentran a la esclava y al papá del príncipe. Los quieren obligar a decir el nombre del desconocido e incluso torturan a la esclava, pero esta no revela el nombre. Al preguntarle Turandot por qué soporta tanto castigo ella responde que es porque está enamorada de él, entonces toma un arma de un guardia y se suicida. El príncipe le reclama su frialdad y le revela al fin su nombre, al amanecer: Calaf, hijo de Timur. 

El emperador se presenta ante ella para que revele el nombre el príncipe ante todo el pueblo, y Turandot responde: su nombre es... Amor. El pueblo chino festeja el triunfo del príncipe.



Sergio de Regules nos compartió un link muy bueno: Turandot presentada en la Ciudad Prohibida en Pekin. Espero que la disfruten.

Lista completa de videos: https://www.youtube.com/playlist?list=PL2F2F79C0F91B3BCD




Cambio

La larga pausa, y la flor. El aroma y la ceniza.

Este viaje, lejos, a donde sabemos llegar,

y sabemos regresar. Sabemos... sé.

En el camino, los cerros verdes, luego marrones, luego...
grises.

Y verdes otra vez, cuando el sol vuelve a salir.
Como cada vez.

Salimos... voy. Volvemos... vuelvo.
Y nos reconocemos. Otros.

Rápido voy hasta donde no puedo ver más, y vivo rápido,
para poder volver pronto. Y vivir a placer.

Cansarme para descansar. Degustar para disfrutar.

Amando los cerros, el calor, la urbe y el rincón.

Irnos, a buscar nuestras
nubes, y tratar de no perdernos...
de no perderme.

Sudar y caminar, leer de nuevo y saborear.

Volver y buscar el ámbar;
tratar de decir que no, que ahí está... y saber que no.

Y regresar. Regresar, con otro rostro.