Guia para ponerme de mal humor

A pesar de que trato de siempre ser positivo, y estar alegre, mi mal humor puede salir a relucir algunas veces y en algunas circunstancias. Si quieren ponerme de mal humor, no es tan difícil, solo tienen que seguir los pasos siguientes, y si se realizan adecuadamente hasta puedo llegar a enojarme mucho.

Primero hay que pedirme un favor que cualquier persona puede hacer. Yo lo primero que pensaré es ‘muy bien, por hacer un favor puedo hacer lo que me pides, pero ¿por qué ch¿*#%dos no lo haces tú?’ Por poner un ejemplo digamos que la muchacha me pide que arregle el riel de madera de un cajón que se rompió.

Segundo, si el favor necesita alguna herramienta, lo que se tiene que hacer es darme la herramienta más inútil, o desgastada o inservible que se encuentre. Para el ejemplo anterior llamaremos ‘pegatodo’ a la herramienta (desde luego, pega todo menos madera).

Para que el mal humor llegue más rápido y no tenga que esperar varias horas, apague el aire acondicionado (si es verano y si está nublado, qué mejor, estará el ambiente muy bochornoso y agilizará el proceso) y cierre las ventanas, el calor húmedo hace que sude a la perfección.

Asegúrese pedirme el favor en horas en que realice un trabajo importante, o cuando esté a punto de dormir una siesta. Si es después de bañarme tenga presente que el paso anterior es indispensable. Si tengo una cita con algún cliente en poco tiempo también ayudará muchísimo, asegúrese que esté sudando.

Ahora esconda guantes, o lo que sea que evite que la herramienta, en este caso el pegamento, me manche, tengo que deber usar mis manos para tratar de pegar la madera para que el pegatodo quede en mis palmas y cada vez que haga maniobras con ellas se peguen los dedos.

Por último cuando pida algo para poder trabajar mejor, responda la estupidez mas ridícula que se le ocurra.

Y listo, estaré de mal humor por un buen tiempo.

Tal vez me vea escribiendo en mi computadora, tratando de liberar el estrés y el enojo; rápido, desconecte el internet, o apague la computadora ‘sin querer’, es posible que el mal humor se esté diluyendo.

Todavía


Aún cuando te sientas mal contigo mismo,
y te dé vergüenza verte al espejo;
aun cuando te apenas y te entristeces por tus actos

todavía se ve la luz en ti; todavía te admiro.

Aún cuando te alejas, cuando es difícil verte;
o cuando te escondes y no te distingues;
aún cuando te ciegas, o no quieres ver;

todavía alguien te cuida, todavía alguien te quiere.

Aún cuando te sientas desorientado, perdido;
y no veas a ninguna persona cerca;
aun cuando te sientas solo y desamparado,

todavía habrá quien te consuele, todavía estarás acompañado.

Aún cuando te sientas decepcionado por todos,
cuando pienses que ninguno te ayuda;
aun cuando sientas que nadie vale la pena;

todavía estaré ahí, todavía seré tu amigo.



José María Hernández Díaz
Septiembre 2 2004
3:18 pm

No estoy de acuerdo, pero no sé por qué


Con todo este tema de las parejas gay, en México, he estado tratando de organizar mis ideas, mis principios y mis creencias. Lo del matrimonio entre personas del mismo sexo, yo no le veo ni siquiera la razón de debatirse. Si se quieren casar, que se casen, a nadie más le afecta que estén casados. Que lo del término de familia y no sé qué otros argumentos, para mi gusto no tienen cabida; lo pensé mucho tiempo, escuché a muchas personas hablar al respecto, y los argumentos que presentan para rechazar el matrimonio entre gays me parecen insostenibles y a veces ridículos. Pero la adopción de niños, por parte de parejas homosexuales, eso sí me parece digno de debate. Los niños, que desde hace algunos días ya pueden ser adoptados por parejas del mismo sexo, son la parte más importante a discutir. Los derechos de los gays y la igualdad entre personas no entra en discusión, porque la libertad de uno se termina donde empiezan los derechos de otro (todavía no entiendo cómo dejan manifestarse a gente en el DF afectando a miles de personas usando solo la bandera de la 'libertad de expresión'). Entonces, ¿qué podemos decir, acerca de los matrimonios gays, que pueda afectar y por ende hacerme rechazar la adopción de niños por parte de ellos? Esta es mi opinión:

Lo primero que pensé es que si un niño crece en un ambiente gay, es más probable que tenga tendencias homosexuales. Esto trae consigo dos argumentos pesados, a mi manera de ver las cosas: uno, que los gays argumentan que son normales, ¿qué importaría que tuviera más probabilidades de tener tendencias homosexuales, si es normal? Y dos, que todos los gays nacieron de una pareja heterosexual, y muchos, o la mayoría, crecieron en familias heterosexuales.

Lo malo es que no hay estudios aquí en México para poder tener más certeza de que afecte o no afecte a un niño vivir con dos papás o mamás gays por la obvia razón de que antes no se permitía la adopción por parte de parejas gays.

He escuchado y me han planteado argumentos para rechazar el derecho de los gays a adoptar. La más ridícula fue la pregunta ‘¿a ti te gustaría que te hubiera adoptado una pareja de homosexuales?’ Obviamente esta pregunta no tiene validez, sin pensarlo mi respuesta es que no me hubiera gustado nacer en otra familia que no fuera la mía. Pero aparte de eso, la respuesta que dé yo va a diferir de la respuesta que de cualquier otra persona, e indudablemente la respuesta depende de si la persona es homosexual o heterosexual.

Después viene el argumento de que el niño (si es bebé o no ha cumplido los 5 años) no puede decidir si quiere o no quiere tener papás homosexuales. Pero este argumento también se cae por su propio peso en el momento en que ningún bebé de todo el mundo y de toda la historia decide cómo quiere que sean sus padres. A nadie le preguntan si quiere que su mamá sea divorciada, o su papá un alcohólico, o si quiere ser huérfano de padre o de madre, ni si quiere que sus papás sean católicos, judíos o protestantes. Entonces ¿por qué ahora defienden tanto el hecho de que el niño no pueda decidir?

También he escuchado que el niño puede ser víctima de burlas en la escuela. Yo pregunto ¿y que no cualquier niño es susceptible a eso? Los niños amanerados son blancos perfectos para eso, los niños ‘tontos’, lentos, los que usan anteojos, en pocas palabras los que son diferentes. Algunos niños los molestan sin ninguna razón. Pero ¿qué no es más inteligente combatir las burlas, que tratar de evitar las razones de las burlas? Mi padre me puso el nombre de José María, y en mi escuela de chico me molestaban mucho por tener nombre de mujer. ¿No debería de reprocharse que los padres pongan nombres de mujer a los niños varones? ¿Acaso me afectó mi conducta o mi autoestima el hecho de que me molestaran en la escuela? Lo digo sinceramente, de chico sí me molestaba mucho, y si me hubieran preguntado cuando tenía 10 años probablemente hubiera preferido tener otro nombre, pero desde hace mucho tiempo que me gusta mi nombre, y no dejo que me moleste lo que se pueda decir de mí; estoy contento conmigo y aprendí a no dar importancia a las burlas que recibía. Tengo un amigo que también se llama José María y me contó una vez que de chico él decía que se llamaba Eduardo, porque le daba pena decir su verdadero nombre. ¿Eso es razón suficiente para que se prohíba utilizar ese nombre? Esas burlas no me afectaron permanentemente, ni a mí ni a mi amigo. Estoy seguro que hay otras personas que sí les afecta mucho que los molesten o los critiquen. Pero eso ya es problema de cada individuo. Hay muchos acomplejados que no tienen razón de ser así, y hay otros que deberían ser acomplejados por todos los estigmas que les tocaron, y aun así, son personas normales, exitosas, agradables, inteligentes.

El último argumento que escuché es que no es natural. Pero bueno tampoco es natural que una pareja estéril tenga hijos. O que una madre soltera tenga un hijo, o que una tía se haga cargo de su sobrino como si fuera su madre, o su abuela o los muchos tipos de familia que existen en el mundo. No es natural que un niño no tenga papá ni mamá, y sin embargo existen los casos. Lo más importante, no es natural que se tengan hijos in vitro, ni que se tenga una concepción en un vientre prestado, y sin embargo eso no se rechaza con tanto vigor.

Ahora, lo más interesante e incongruente para mí, es que yo estoy en contra de la adopción de niños por parte de parejas gay, el problema es que no sé por qué estoy en contra; no tengo ningún argumento para rechazarlo, pero siento que no es lo correcto. Por lo tanto, no tengo ninguna razón para tratar de impedirlo. Y por lo tanto no lo condeno.