las películas no son libros, las películas no son cómics

No sé cuántas veces he escuchado a alguien quejarse de una película basada en material existente, porque no es fiel a la fuente. Ya sean libros, cómics, películas o caricaturas. Y el mismo número de veces he escuchado a gente defender a una película porque se parece mucho a lo que sucede en el libro, o en los cómics o en las caricaturas. A mí no me parece justo calificar las películas con respecto a su parecido al material original (cuando es el caso). Mi argumento es este: las películas no son el material original, sino que están basadas en él, por lo tanto no debemos tratarlas como cómics, o novelas, o caricaturas. La forma de contar una historia varía dependiendo de las herramientas que se tengan para hacerlo. Por ejemplo, en una novela, puedes esconder la identidad de un personaje simplemente omitiendo su nombre; de esta manera puedes preparar un giro importante si haces pensar al lector que hay dos personajes diferentes cuando en realidad solo hay uno. También en las novelas se utiliza un narrador, que se omite casi en todas las películas para no hacerlas tediosas. El narrador juega un papel muy importante en las novelas, ya que te indica, o te esconde según sea el caso, detalles importantes de la historia; si en el libro dice 'había una figura tenebrosa detrás de ella' no necesitas poner atención al entorno, te están indicando lo que debes de “ver”. En una película puedes mostrar todo lo que viene en el libro pero no puedes asegurarte que el espectador lo observe, a menos que hagas un evidente acercamiento al objeto, pero si quieres ser sutil esto no funciona. 

De la misma manera los cómics y películas recurren a las imágenes para contar una historia. Hay muchas películas cortas que no contienen ni un solo dialogo; la historia se cuenta únicamente con imágenes, como muchas veces sucede en las historietas. Los cómics utilizan contraste de sombras y colores para darle profundidad a las reacciones de los personajes; juegan con el diseño de los cuadros donde sucede la acción para dar dinamismo a las escenas. La frecuencia en que se publican los cómics también ayuda a que la historia sea más ágil. Cada dos semanas o cada mes tienes un capitulo nuevo y hay muchas series que se cruzan entre sí; MARVEL imprime alrededor de 50 números mes con mes. Y las historias toman su tiempo para desarrollarse gracias a esta frecuencia con la que pueden ofrecer capítulos, más parecido a lo que sucede con las series de televisión y totalmente contrario a lo que logran con las películas que salen cada año. En fin, cada formato utiliza sus herramientas como mejor le parezca para exponer una narración y mantener al publico expectante. Y es por eso que no siempre se puede traducir fielmente una historia del papel a la pantalla. 

A veces el director de una película decide cambiar el inicio la historia con una exposición del ambiente en el que sitúan los personajes. Otras veces comienzan con una escena intermedia de una novela, y luego cuentan con escenas retrospectivas lo que sucedió anteriormente. A veces usan el formato blanco y negro en escenas especificas para resaltar hechos importantes. Hay muchos ejemplos de cómo un director decide cambiar ligeramente la historia para adaptarla al cine. Christopher Nolan, por ejemplo, decidió cambiar un detalle de la historia original de Bruce Wayne en su película Batman Begins. En el cómic, los papás de Batman son asesinados después de ir al cine a ver la película de El Zorro. Christopher Nolan cambió el cine por la ópera, y la razón que dio es muy interesante: no es lo mismo que dentro de un cómic los personajes vayan al cine, a  que en una película los personajes vayan al cine. 

En la primera entrega de Iron Man explican de una manera coherente y moderna las 2 primeras versiones del traje de Tony Stark antes de que finalmente construya su traje típico. En la primera película de X-Men (2000), Rogue, quien en los cómics siempre ha tenido un mechón de pelo blanco, aparece al inicio de la película sin él, detalle que me llamó la atención pero que dejé pasar por alto de manera que pudiera disfrutar la película, sin embargo en el final los eventos resultan en la aparición de estos mechones blancos, dando una explicación a estos y mostrando al personaje finalmente como es en los cómics. Y así nos podemos ir con cada una de las películas exitosas que son adaptaciones del cómic enumerando las diferencias entre el trabajo original y su resultado en la pantalla. 

Por otro lado, existen películas (muy pocas, pero las hay) que superan al trabajo original, y aun en esas podemos escuchar a personas criticar a la película solo porque no se apegó a lo que sucedía en la historia que ellos conocían. También he escuchado personas defender a una mala película porque “así es como sucedía en la historia original”. ¡¿Y qué importa?! Si eso sucedía entonces la historia original también es mala. Personalmente, lo que me interesa a mí que sea fiel a la fuente son las personalidades de los personajes: que el personaje que conozco, independientemente de la situación en la que se encuentre, reaccione como esperaría que reaccionara. Si eso no sucede, los personajes se desvirtúan y ahí sí se pierde la esencia de lo que hizo al personaje o la historia famosa. Fuera de eso, los detalles de cómo suceden los eventos son poco importantes para mi gusto. 


Al parecer todavía hay gente que no logra entender que las películas no son los cómics, ni los libros, son adaptaciones para el cine, un formato que por lo general no admite más de 2 horas y media de exposición. Y el director tiene que tener el talento para encapsular la historia que sea en ese corto tiempo. Hay que tomar el material como es, y criticarlo si es malo o elogiarlo si es bueno. Pero querer que sean copias idénticas incluso les quita lo interesante al cine: si ya sabes exactamente lo que va a pasar, no te sorprende nada.