México Liendre

Con tal de quitar un pésimo gobierno estamos dispuestos a escoger otro igual o peor. México Libre obtuvo su registro como partido y pues bueno, ahora tenemos un partido más en México, el octavo, sin contar a Nueva Alianza ni a Encuentro Social. Otro partido que va a recibir dinero público sin rendir cuentas. Y lo peor, fundado por el expresidente Felipe Calderón y su esposa Margarita Zavala, quienes por su berrinche hicieron el camino más fácil para que López Obrador llegara a la presidencia (sin olvidar que lograron también que el PRI volviera al poder en 2012). 

¿Son oposición al presidente? Sí. ¿Son lo mejor que hay en este momento? Es muy cuestionable. Pero aunque lo fueran, que sean la única opción para quitar a MORENA del poder no quiere decir que son una buena opción. Es el mismo problema en el que nos metimos para quitar al PRI y al PAN de la presidencia. Votamos (yo no) por la opción que podía quitarlos, pero resultó lo mismo, solo que con poder absoluto para hacer lo que quiera.

Difícilmente Calderón y Zavala van a lograr lo que logró López. Pero es para preocuparse que no entendamos como país que los extremos no son buenos, y que la experiencia que tuvimos con un político debe de contar para algo. Calderón no  fue un pésimo presidente, pero está muy lejos de ser lo que necesitamos para progresar. En su sexenio no combatió la corrupción, ni en el gobierno y mucho menos en su partido.

¿Para qué quiere volver al poder Calderón a través de su esposa? Lo que no hizo cuando era presidente no lo va a hacer ahora. ¿No nos quejamos de que López vive de nuestros impuestos desde siempre? ¿Por qué querríamos cambiar a la extrema izquierda por la extrema derecha? ¿De verdad no hay mejores opciones? Y lo peor es que veo a gente muy contenta porque piensan que con tal de quitar a López del poder, es justificable dar un cheque en blanco a quien sea.

Me da tristeza ver cómo no se distingue lo que hizo un demagogo ignorante como López Obrador, de lo que hace alguien mucho más inteligente y capaz como Calderón. Ambos quisieron ser obedecidos por todos en su partido, ambos renunciaron a quienes impulsaron sus candidaturas presidenciales, y ambos formaron su partido para no tener que rendir cuentas a nadie. 

Si somos honestos, no es escandaloso culpar a Calderón de que López esté en la presidencia. Su obsesión por llevar a su esposa al poder lo cegó. Sus errores en 2018 costaron muy caro; ¿y ahora vuelve con la bandera de "soy oposición"? Es patetico. Su imagen y la de su esposa están muy deterioradas; no puede quitarse la losa de corrupción que conocimos en su sexenio. No podemos borrar esos destellos de autoritarismo al no aceptar la derrota por la candidatura del PAN. No está en posición de pedir un cargo público cuando ya demostró durante 6 años lo que puede y no puede hacer.

Me queda claro que lo mejor que pueden hacer los expresidentes es callarse y olvidarse de la vida pública. 

Qué lástima de país.