Who is right?


I’m not going to say I was having the perfect life, but at least I was trying to be happy, and make my family happy. We had problems but nothing we couldn’t overcome. We didn’t expect them. Nobody suspected they were coming. It was a normal day of our lives and they came without warning.

They attacked us. They attacked our city. They killed thousands. They killed many innocent people. They killed my family; I hate them so much. They are terrorists; they don’t care about anything but their own goals. They don’t have respect for human life.

I heard my family before they died. They were asking for help, and I felt powerless because I couldn’t do anything to save them. The people I loved the most died under the ruins of the buildings. How I hate these people; they brought down buildings and with them, many human lives.

Is this justice? Isn’t this a reason to fight back? Why did they come here? Why did they do that?

But now I’m going to take revenge. They are going to pay for this. And they are going to feel what we felt. They are going to see their own people die. We are not having mercy because they didn’t have mercy on us. We are not going to be the defeated ones; we are fighting back. Now it’s our turn to make them suffer. I don’t care what it takes, I don’t care because they took away everything I ever had, my family. And now nothing can stop our fury and us. We are showing them that they are not as safe as they think they are. We are telling them that they cannot do whatever they want to anyone. I don’t care if I die. I don’t care whom dies. We are going to take their own planes, and we are going to crash them against the Twin Towers.

Septiembre 2001

Hablo al viento


Este es un poema que escribí hace algunos años. Mi maestra de redacción en la universidad nos pidió que escribiéramos un poema para regalárselo al final del curso. Como no sabía qué escribir, y no le quería regalar ninguno de los poemas que ya había escrito antes, compuse uno nuevo, porque me pareció lo más adecuado, y aparte para expresar un poco lo que significa para mí escribir, ya que era clase de redacción y la verdad es que me gustaba mucho esa clase. Entonces me puse a escribir, en la noche, versos simples que dijeran con pocas palabras y rimas sencillas un poco de lo que siento cuando escribo. Esto es lo que resultó:

Hablo al viento

La neurona en mi cabeza
muchas cosas que decir
de los temas que interesan
de las cosas por vivir

Muchos ojos, mucho tiempo,
mucho rato que perdí.
Mucho aire, mucho cielo,
mucha arena y jardín.

Hojas blancas, la corteza...
tinta suave, carmesí.
Con palabras de rareza,
sin sentido; hablo así.

Sutileza, hablo al viento
para nunca yo morir,
con concretos pensamientos
de lo más dentro de mí.

Con impulso y con certeza
con las ganas de salir
una a otra forman, letras,
los renglones que escogí.

Expresando lo que siento
por mis ganas de vivir,
sigo y sigo escribiendo...
nunca paro de escribir.


José María Hernández D.
(Mayo/4/2002)

Ese fue el poema que escribí para mi clase. Al principio solo lo hice para cumplir y no me importaba quedármelo o no, pero después de leerlo varias veces me gustó tanto, y me identifico tanto con este poema, que lo guardé con todos mis otros escritos que planeo conservar.

Yo sé que no es una obra maestra y que es muy sencillo como para tomarse como arte. Ni siquiera es mi poema favorito escrito por mí. Pero lo que me gusta es que refleja perfectamente mis sentimientos acerca de este tema.

Pienso que también explica un poco el porqué de este blog. Me gusta mucho escribir. Y aunque es posible que nunca llegue a nada más que redactar por puro placer sin ningún tipo de incentivo económico, no puedo dejar de escribir. Me encanta.
Saludos a todos.

Influencia AH1N1


Estoy harto de escuchar noticias todos los días acerca de la nueva influenza que se presentó en nuestro país. Desde el principio me pareció una exageración (todos con cubre bocas y restaurantes y escuelas cerradas) pero como era un virus del que no sabíamos nada, decidí dar el beneficio de la duda, pero jamás utilicé un cubre bocas. Me daban risa las personas que usaban el cubre bocas adentro del coche, o los que usaban guantes pero no se los quitaban absolutamente para nada.

Al principio solo me parecía sospechoso, porque no sabía de ningún caso real, todo eran estadísticas: tantas personas están contagiadas, tantas personas muertas, tantas personas con síntomas pero sin confirmar; pero no sabía el nombre de ninguna persona que estuviera enferma o hubiera muerto, mucho menos nadie cercano, ni siquiera el primo del amigo del hermano. Luego en el noticiero de Pedro Ferriz de Con transmitieron una llamada de un señor que supuestamente estuvo enfermo de la influenza AH1N1, y describió los síntomas que supuestamente tuvo. Dijo que se levantó en la noche con fiebre y con un dolor de cuerpo insoportable, se sentía muy débil y no podía casi ni levantarse. Lo llevaron al hospital y le diagnosticaron el nuevo virus. Lo tuvieron aislado un tiempo y luego lo enviaron a su casa donde también tuvo que estar encerrado en su cuarto, junto con su hijo que también estaba infectado pero no llegó a sufrir tanto los síntomas ya que lo atendieron a tiempo, y así estuvieron no recuerdo cuanto tiempo. Eso fue alrededor de tres semanas después de que empezara la psicosis. Pero cada día que pasaba empecé a notar que las noticias se contradecían entre sí. Los números de infectados y de muertos no eran coherentes. Lo más impresionante es que cada día se reducía el número de muertos a causa de este virus, y los contagiados resultaban ser de otro tipo de influenza. Y digo que es sorprendente porque, a pesar de que disminuía el número de muertes a causa de la influenza AH1N1, el número de muertos en general era el mismo, pero eso no era noticia, solo los que eran por causa de la influenza nueva. ¿Por qué? Ahí fue donde empecé a sospechar que la influenza, más que peligro por sí misma, era peligro por la influencia que tenía en la sociedad.

Aún el día de hoy la noticia de la influenza sigue vigente. Y por más que pregunto la razón de que una enfermedad que ha matado a tan poca gente y que los síntomas no son para nada lo que se describió en un principio, todos me responden que es una enfermedad nueva y que es eso lo que causa interés. Pero no es eso lo que me molesta. No es que algo sin importancia tenga la atención de todo el mundo, lo que me llena de rabia es que esa estupidez afectó a muchísimos negocios aquí en México. Causó el rechazo de mucha gente a los mexicanos, a nivel mundial. Esta enfermedad, corriente, simple y sin peligro, afectó la economía de un país ya devastado por la crisis económica, por una guerra contra el narcotráfico y un conflicto social interno por culpa de los partidos políticos. ¿Y qué hacen los medios de comunicación? Siguen sacando como noticia algo que no tiene nada de importante. ¿Por qué no dicen cuanta gente se muere cada día de enfermedades curables, no digo en el mundo, sino aquí en México? ¿Por qué no les parece noticia que, a pesar de que dijeron que había cientos de muertos por la influenza AH1N1 y que resultaron ser solo 6 o 7, todavía hay cientos de muertos por otras causas que no están investigando o simplemente les parecen normales? ¿Por qué si el número de muertos en todo el mundo a causa de la influenza AH1N1 no ha llegado ni a mil, no les parece noticia que el sarampión todavía mate a más de 500 personas por día? Justamente hoy vi en el noticiero en televisión de Pedro Ferriz que siete personas más murieron de influenza AH1N1 (¡qué notición!).

No me gusta pensar en las conspiraciones mundiales, de personas que gobiernan el planeta y nos controlan con noticias como esta. No soy de los que cree que todo lo que sucede en el mundo es producto de las decisiones que toman organizaciones maléficas que mueven todo nuestro entorno y deciden por nosotros como si fuéramos marionetas. Pero con todo esto que crea la media, y la Organización Mundial de la Salud, estoy a punto de convertirme en uno de esos paranoicos. Sí creo que hay gente interesada en crear pánico para beneficiarse económicamente. También estoy seguro de que la influenza AH1N1 es real, pero de ahí a que sea tan mortal como nos quieren hacer creer, hay muchísima diferencia.

Hace algunos días me puse a buscar en Internet la diferencia entre la influenza estacionaria y la AH1N1, para saber si era cierto lo que dijo el señor que habló al noticiero. Justamente el buscador me lanzó una página del gobierno de México. El siguiente texto es redacción exacta de la página del gobierno mexicano:
“¿Existe alguna diferencia entre influenza estacional y influenza A (H1N1)?
• Si, el virus de la influenza estacional se presenta normalmente en la época invernal y los grupos de mayor riesgo son los niños menores de 5 años y los adultos mayores de 60 años. La influenza A (H1N1) es un virus nuevo. Ambas son enfermedades respiratorias agudas y tienen síntomas parecidos.”

Por favor díganme, ¿alguien entiende cuál es la diferencia entre las dos influenzas con esta información?

Estoy convencido que la razón por la que hacen tanta promoción de cuidado y atención de la influenza AH1N1 no es prevenir su contagio ni salvar vidas. No estoy seguro cuál es la razón real, pero esta enfermedad nunca fue una amenaza para la humanidad. La llaman ahora pandemia, pero también es solo para hacerlo más impresionante. ¿A quién le importa que una simple gripa ataque a gente de todo el mundo? Pero eso sí, que todo mundo se entere que empezó en México. Y al principio se le llamó porcina, ¿cierto? ¡Claro! Hay que culpar a un factor que no sea una simple mutación, sino una causa directa de algún animal, para que se la crea la gente; así como la aviaria, ahora la porcina. Y por más que hayan desmentido ese hecho, todo el mundo recordará la influenza como la influenza porcina. Y obviamente las personas que viven de vender carne de cerdo también fueron de los más afectados.

Entiendo que para los noticieros y la prensa es negocio hacer más escandaloso lo que no tiene importancia. Pero ¿por qué siguen asustando a la gente? ¿por qué aun hoy? El gobierno mexicano dice estar haciendo todo lo posible por salir de la crisis, por dar trabajo a la gente, pero está gastando miles de millones de pesos para combatir una enfermedad que se cura igual que las otras. Y lo que no entiendo es por qué la gente sigue creyendo que hay peligro; por qué siguen esperando con ansias la vacuna para una influenza que es menos peligrosa que la gripe que por muchos años han combatido sin ayuda de vacunas preventivas.
 
Espero que a raíz de esta tragedia (no la de la influenza, sino la influencia que lograron tener los medios sobre la sociedad) la gente abra los ojos y no se dejen convencer tan fácilmente cuando alguien quiera volver a hacer esto. Pero la verdad es que no pongo muchas esperanzas en esto, porque lo mismo ha sucedido muchas veces, y la gente sigue sin entender que lo primero que se tiene que hacer cuando te den un dato, es verificar si es confiable o no.