La Cartilla Moral


Esta es mi opinión sobre la decisión de López Obrador de imprimir y distribuir la cartilla moral. He leído muchas criticas en internet acusando de adoctrinamiento al gobierno. En primer lugar, creo que antes de criticar la decisión deberíamos de leer el documento. No nos llevará mucho tiempo hacerlo y es importante conocer lo que se está promoviendo para entender si lo que nos molesta (en caso de ser así) es el hecho de que se reparta una cartilla que promueva los valores, o en sí los valores que esta cartilla promueve. Lo que intento discernir es si esto se llevó a cabo con una intención paternalista y propagandista del gobierno, o es un esfuerzo por exaltar valores morales que indudablemente hacen mucha falta en nuestro país desde hace décadas. Después de haber leído en su totalidad el documento difundido por el gobierno, que difiere en algunas cosas con el original de Alfonso Reyes de 1944, puedo decir que, a pesar de admitir que el texto tiene valor, me inclino más a pensar en la primera situación. El gobierno busca más hacer propaganda del presidente y su administración que de difundir los valores morales, y a continuación explico por qué pienso esto. 

La cartilla empieza con una presentación escrita por Andrés Manuel en la que, para mi gusto, desafortunadamente utiliza la frase "no solo de pan vive el hombre", frase bíblica, adjudicada a Jesús en el evangelio de Mateo y Lucas, y tomada del libro de Deuteronomio. Digo 'desafortunadamente' porque utilizar una frase a todas luces religiosa en un documento que intenta promover la moralidad desde el Estado en un país con gobierno laico, genera mucha suspicacia sobre el interés real de la difusión de este documento. Se presta el presidente a la critica de sus detractores que lo acusarán de creerse un mesías. Los que no vamos de acuerdo con él, sin llegar a despreciar todo lo que haga solo por dar la contra, nos llega a molestar esta frase que alude a la fe en un texto que habla de moral, cosa que ni es necesario ni aporta nada. Desgraciadamente la población de México, mayoritariamente cristiana  y con bajo nivel educativo, es muy manipulable, y una de las maneras más eficientes de hacerlo es la utilizando la religión. Esa frase lo que me dice es que AMLO pretende establecer un vinculo con la gente y quiere compararse con lo que ellos identifican como algo bueno, la religión. 

Continuando con la presentación, dice también que lo que pretende la difusión de la cartilla es iniciar una reflexión nacional sobre los principios y valores que pueden contribuir a una conveniencia armónica. ¿Quién en su sano juicio puede estar en contra de esto? ¿Habla acaso el presidente de un acuerdo para cumplir lo que dice la cartilla? Nada cercano a eso. Solo invita a la reflexión. No me parece en absoluto una imposición, como muchos han querido aludir. Y lo que dice la cartilla en su totalidad vale la pena analizarse. No es un documento indispensable, pero al igual que muchos otros, promueve la buena conducta y la sana convivencia. Quien critique el texto debería de igual forma criticar la Biblia, la cual contiene muchísimo más contenido condenable y es respetada como guía moral por millones de personas. Estoy seguro que la cartilla moral puede ayudar a mucha gente a considerar sus acciones y tratar de mejorar. 

Imagen eliminada de la
versión digital de la
Cartilla Moral
Pero hay algo que sí me llamó la atención desde el principio. En la cuarta página aparecía (ya fue eliminada de la versión digital) una fotografía de AMLO. En mi post anterior critiqué la enorme irresponsabilidad del gobierno de tratar de personalizar la propaganda utilizando el nombre del presidente. También expliqué por qué esto es algo que no se debe de permitir y que incluso está prohibido por la Constitución. En este documento vuelven a utilizar la personalidad del presidente mostrando su imagen y convierten el documento en una cartilla de propaganda gubernamental. Lo que debe de ser una sugerencia para tratar de ser mejores ciudadanos, se vuelve una herramienta del gobierno para promocionar a Andrés Manuel. Esto sí es algo reprobable. Como dije, en la versión digital que se encuentra en internet, la fotografía del presiente fue retirada, pero dudo que hayan vuelto a imprimir los ejemplares para quitarles esa página y dudo más que no se hayan entregado cartillas con la foto de AMLO. Con esto evidencian el verdadero propósito de la distribución de la cartilla moral, y esa es la razón por la que, a mi parecer, debería ser reprochada. 

Lic. Alfonso Reyes Ochoa
Por otro lado, habiendo aclarado esto, y después de leer lo que dice Alfonso Reyes en su ensayo, el presidente parece estar más interesado en promover la ética imprimiendo cartillas que con su ejemplo diario. A pesar de que expresó su admiración por el autor, Andrés Manuel no parece haber leído la cartilla que distribuye, y de haberlo hecho, no parece darle mucha importancia a lo que dice. Mucho bien le haría a AMLO seguir al pie de la letra lo que dice la cartilla sobre el respeto a los demás, sobre controlar los impulsos, la superación de la sociedad, el respeto a las obras de los demás, afrontar la derrota, entre otros conceptos que dejan mucho que desear de nuestro actual presidente. 

Por supuesto que predicar con el ejemplo es mucho más difícil que hacerlo de palabra. Claro ejemplo son los sacerdotes o cualquier político mexicano que se haga llamar católico (te estoy hablando PAN). Incluso los MORENOS que a pesar de tener ahora la obligación moral de leer y seguir lo que dice la cartilla, no dejan de insultar en las redes sociales e incluso de amenazar a algunas personas. Tal vez sea por esto que los críticos de AMLO tienen herramientas para atacar su Cartilla Moral. Pero si somos objetivos, nada tiene de malo contar con un documento más que nos haga reflexionar. Tan válido como la Biblia, los textos de Platón o Aristóteles, o cualquier libro de ética. Creemos que nadie nos debe de imponer una forma de pensar, y es cierto, pero rechazar un texto antes de conocerlo es justamente una  razón para preocuparnos por la falta de valores en la sociedad. 



Aqui pueden encontrar la Cartilla Moral. 
https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/427152/CartillaMoral_.pdf



Instituciones, no personalidades


En 1911 Porfirio Díaz renunció a su cargo como presidente de México después de casi tres décadas de gobernar este país. Cuando fue derrocado de la silla presidencial la paz que se había mantenido durante tantos años se esfumó de repente. En mayo de ese año el presidente partió hacia el exilio en Europa y en octubre Francisco I. Madero gana la presidencia. Pero lo asesinaron 16 meses después. Tuvieron que pasar años para que otro presidente pudiera terminar su mandato; décadas para que la violencia cesara y hubiera orden. 

La razón por la que sucedió esto fue porque la estabilidad del país dependía de un solo hombre. Lo que Porfirio Díaz logró no se soportaba en la sociedad ni en las leyes, era él quien soportaba al país. Si se enfermaba el presidente, temblaba la economía porque los inversionistas confiaban únicamente en la palabra del presidente, en nadie más. Ese fue su gran error y por lo que la historia lo condenó. Cuando su lugar quedó vacante, las disputas por el poder acabaron con el progreso que se había logrado hasta entonces. La falta de madurez de la política mexicana, acostumbrada a obedecer al líder, se quedó acéfala. Al no tener una mano dura que castigara al que se portaba mal, salió a la superficie la “novatez” de los ciudadanos y se mataron entre todos. México vivió años de anarquía que después llamarían “revolución” para evitar llamarle fratricidio y para tener un culpable a quien señalar. En realidad Porfirio Díaz fue derrocado en unos cuantos meses, la guerra que se desató después nada tuvo que ver con ninguna revolución. 

En contra parte, los Estados Unidos entendieron desde su autocreación que no podían confiar en personas individuales para desarrollarse como nación, sino que necesitaban instituciones independientes para que no hubiera una sola cabeza que pudiera derrumbar todo. Si uno de los poderes fallaba, los otros podían intervenir y garantizar estabilidad. Ese es el gran éxito de los Estados Unidos, entender que entre más plural sea la decisión que se tome hay menos posibilidades de que se llegue a una mala decisión. 

En México nunca sucedió eso. Desde que llegaron los españoles a conquistar los pueblos originarios de la región, cada uno jalaba para su propio lado. Parece que mucha gente no sabe o no recuerda que fue gracias a la ayuda de los tlaxcaltecas que Hernán Cortés pudo conquistar Tenochtitlán. Tampoco se menciona con la frecuencia necesaria que Miguel Hidalgo fue fusilado menos de un año después de su levantamiento, y que la guerra de independencia duró 10 años sin progreso, y que no fue hasta que se unieron dos ejércitos enemigos que se logró independizar y crear al nuevo país. Aunque inmediatamente comenzaron a pelear para imponer una manera de hacer las cosas y tuvieron que pasar décadas de guerras, inestabilidad, invasiones extranjeras, pérdida del territorio y decenas de presidentes hasta que se logró la paz (con Porfirio Díaz).

Culto a la personalidad de Stalin en la Unión Soviética
Nuestra historia nos demuestra que existen personajes que pueden lograr cambios importantes, pero que al final ningún individuo es más fuerte que las organizaciones. Y que las instituciones garantizan que los gobernantes no sean indispensables. Si alguien muere, o delinque, o simplemente renuncia, será suplantado por alguien más. Las personas son corruptibles. Si una sola persona tiene todo el poder, y esta falla, no hay más que hacer. Las instituciones también son corruptibles, pero sus integrantes pueden ser separados del cargo, pueden ser juzgados, pueden reemplazarse. Confiar en que una sola persona lleve a cabo un cambio es muy peligroso. No digo que no se deba de admirar a las personalidades, de hecho me parece importante exaltar los triunfos de líderes connacionales. Pero eso es muy diferente a tener un culto a la personalidad, a idealizar a una persona y crear mitos en un servidor que debe de dar cuentas claras por su desempeño. 

Se debe más bien apostar por las instituciones; robustecerlas, mejorarlas, vigilarlas y cuidarlas. Sin estas, la estabilidad de un país es tan frágil como la salud de un anciano.

Esta imagen fue compartida en Twitter por la Secretaria de 
Relaciones Exteriores. Viola la constitución ya que en el 
articulo 134 se prohíbe la propaganda personalizada a favor 
de cualquier servidor público.