Ya no estoy solito




Al momento de empezar una relación sentimental con otra persona para mi siempre ha sido muy importante establecer lo que quiero, y tratar de no desviarme de lo que establezco. Tal vez por eso es que no tengo novias frecuentemente y batallo para salir con alguien de manera formal. Si empiezo una relación es porque lo voy a tomar con seriedad y porque le voy a echar ganas. Cuando no me importa la relación y lo que quiero en verdad solo es pasarla bien, no me preocupo mucho; pero como quiera estoy al pendiente de lo que quiero y como lo estoy llevando a cabo. Si la otra persona empieza a interesarse mucho o me doy cuenta que busca una realción seria, yo no la dejo continuar. No me parece justo, hacia la otra persona, que yo sepa que solo queiro pasar el rato y ella esté pensando que es algo serio, por lo tanto termino.


Hasta ese momento cualquiera pensaria que, si bien puede ser un poco exagerado, es lo correcto. El problema viene cuando la realción sí es seria. Yo tengo claro, desde hace algunos años, que prefiero no casarme nunca, a casarme y divorciarme (ya sé que no se trata de escoger entre una u otra, solo digo que si tiene que pasar alguna de las dos, prefiero la primera). Entonces algo parecido me sucede con el noviazgo: si pienso que una realción no va a durar mucho tiempo, o que debido a mis defectos propios y los defectos de mi pareja, vamos a tener muchos problemas, malentendidos y peleas, prefiero no comenzar la relación. No me gusta pelear por estupideces o continuar una realción por lástima o costumbre, entonces como ven, para mi es muy dificil encontrar una novia. La buena noticia para mi es que yo no estoy buscando una novia. Soy muy feliz siendo soltero y sin compromiso. Hasta llegué a pensar que probablemente nunca me iba a casar, y que tenía vocación de solteria.


Eso era hasta hace algunos meses que empecé a salir con una niña, con la cuál me la estoy pasando excelente. Y aunque todavía no somos novios (lo que se dice formalmente "novios") ya la relación es seria, monógama y con prospecto de convertirse en algo formal. Estoy muy contento, sobretodo porque no pensaba que alguien me iba a quitar las ganas de dejar la soltería, ya que es un estilo de vida demasiado cómodo. Claro que no estoy pensando en boda ni hijos, pero estoy disfrutando mucho tener compañía y tener alguien con quien platicar, y pasar un rato aunque no haya nada que hacer.


Le platiqué a un amigo mio antes de tener la "charla obligada" con mi niña, y él me decía 'oye oye, te lo tomas todo muy seriamente, es solo una novia, si no te gusta la relación, pues cortas y ya'. En parte tiene razón, tal vez me lo tomo muy en serio, pero asi soy yo, no me gusta tomar ese tipo de cosas a la ligera. Pero tambien pienso, si me voy a esperar a estar seguro para tener novia, o inlcuso en un futuro para casarme con alguien, pues nunca voy a tener novia; y mucho menos me voy a casar, porque nadie me puede asegurar que una relación no va a terminarse de una manera indeseada. ¿Quién puede decirme que nunca voy a cortar o nunca voy a divorciarme? Nadie. Muchas cosas sí tengo que aprender a cuidarlas en vez de querer comprar una garantía de por vida.

En la oscuridad del día

En la oscuridad del día

¿Cómo llegar a donde queremos,
si las estrellas están tan alejadas?

¿Cómo saber lo que deseamos,
si cuando lo tenemos queremos algo más?

¿Cómo saber a donde vamos,
si se pierde el camino en el horizonte?

Siempre somos nosotros mismos,
pero nuestros ojos ven a alguien diferente.

Nunca cerramos los ojos,
por miedo a perdernos.

Y no admiramos los paisajes hermosos,
simplemente porque no queremos.

¿Cómo saber si nos engaña el corazón,
si nunca confiamos en sus consejos?

¿Cómo sabemos que tenemos la razón,
si vivimos apresurando al tiempo?

Cuando llueven mis lágrimas,
mi alma grita en agonía.

Y cuando sonrió,
mi corazón salta de alegría.

El viento me dijo un secreto,
lo que hace bellas a las flores
es que no saben que son bellas.

Lo que uno ve a lo alto,
pueden ser astros, o pueden ser estrellas.

Se veían risas y rostros contentos,
Pero lo que había eran tristes sollozos.

Un pétalo cayó de un sentimiento,
y supe que no lo vieron mis ojos.

José María Hernández Díaz
4/Febrero/2002

Legalidad vs ilegalidad


Hoy quería escribir una entrada acerca del 20° aniversario de la caída del muro de Berlín. Pero, viendo las noticias yncomo no sabía qué decir exactamente, quise mejor comentar acerca de lo que dijo el presidente Felipe Calderón aquí en Monterrey con respecto a los grupos de limpieza que el alcalde de San Pedro, Mauricio Fernández, ha sugerido implementar.
Para los que no sepan aquí les dejo una liga para que lean lo que sucedió al respecto.

Yo siempre he estado a favor de que todo se haga conforme a la ley en mi país. Estoy 100% en contra de la piratería y de las mordidas a los tránsitos y a la policía. Creo que la corrupción crea más corrupción. Pero en este caso tengo que diferir con mis propias convicciones. Tengo que reconocer que el alcalde de San Pedro, a pesar de que no me cae bien por ser tan mamón, está haciendo lo que yo creo que todos los gobernantes en México deberían hacer: atacar la delincuencia de frente y sin treguas.

El presidente Calderón inició una guerra de frente contra el narcotráfico. Utilizó al ejército mexicano, que es la institución con mayor nivel de confianza y con mejor reputación en México. Ahora llega Mauricio Fernández y en su primer discurso como alcalde anuncia que ejecutaron a unos secuestradores que lo habían amenazado a él. Advierte que no va a tolerar a los delincuentes en el municipio de San Pedro y les deja un mensaje claro, si no se van, tendrán que atenerse a las consecuencias.

No creo que sea la manera correcta ni de hablar, ni de llevar a cabo este tipo de asuntos pero reconozco que estoy agradecido de que tome estas medidas. En todo México hubo reacciones, muchos a favor, muchos en contra. Yo, como residente de San Pedro, estoy totalmente a favor de que a este tipo de criminales no se les debe de tratar con menos rigor que con el que ellos tratan a los ciudadanos.

Los gobernadores de Nuevo León y de Michoacán, Rodrigo Medina y Leonel Godoy, han dicho que no se debe actuar al margen de la ley; que todo lo que se realice para combatir la delincuencia tiene que hacerse con la ley en la mano. El presidente Calderón dijo aquí en Monterrey que la ley se debe hacer cumplir solo por la vía de la ley misma. Yo les pregunto ¿por qué solo cuando se trata de dar discursos defienden la ley? ¿Ahora van a decir que son muy honestos? ¿Van a negar que se han brincado la ley cuantas veces han querido para lograr lo que quieren? ¿Por qué no defienden eso mismo que dicen cuando se trata de robar recursos, cuando se trata de defender la economía del país, cuando se trata de comprar votos para las elecciones? Todos sabemos lo corruptos que son en todos esos aspectos; todos supimos lo que Nati, el ex-gobernador, hizo para que Rodrigo Medina ganara la gubernatura, y Leonel Godoy no sé con qué cara sale a decir que hay que actuar conforme a la ley. Él de legalidad no sabe nada. Ahora resulta que son muy santos ellos y eso de actuar fuera de la ley les causa espanto.

Yo estoy de acuerdo con que se actúe fuera de la ley si, y solo si, es para acabar con los criminales. No estamos hablando del muchacho que se roba chicles en la tiendita, ni de el policía que acepta 100 pesos para que no te ponga la multa (que como quiera todos ellos deben ser detenidos y pagar una condena), estamos hablando de asesinos, de secuestradores que torturan a las víctimas y a sus familias psicológicamente. Estamos hablando de narcotraficantes que asesinan sin el menor remordimiento, de delincuentes que no tienen límites, y que van a extorsionar y amenazar a cualquiera con tal de seguir delinquiendo. Para ellos no hay ley que los frene, no hay escrúpulos que los limiten. Lo que quiero decir es que estamos en una situación extrema. Ya no estamos hablando de la delincuencia común y corriente. En México estamos en guerra. Y si esto que está haciendo el alcalde Mauricio Fernández, es lo único que va a detener la violencia y evitar que la delincuencia se apodere del país, entonces que se haga. Si los mismos políticos están metidos en el narcotráfico (solo lean un poco acerca del gobernador Leonel Godoy y su medio hermano) ¿cómo quieren los políticos que la ciudadanía no defienda estos actos cuando vemos que jueces liberan a delincuentes evidentemente culpables? ¿En manos de quién estamos? Mauricio Fernández es el segundo (después del presidente Calderón) que en verdad está haciendo algo para acabar con el verdadero problema en nuestro país.

No estoy a favor de la pena de muerte. En nuestro país, con la calidad de procesos que tenemos, es imposible aplicar esto con certeza de que en realidad se haga justicia. Pero estas personas que fueron ejecutadas, para mí no pueden ser catalogadas como seres humanos. Tampoco creo que pudieran ser rehabilitadas en una cárcel.

Como dije al principio, estoy contradiciendo todos los principios que tenía desde chico, pero creo que no me equivoco al apoyar los "grupos de limpieza". Mientras sea solo para deshacernos de los que gobiernan el país con el terror.

Who is right?


I’m not going to say I was having the perfect life, but at least I was trying to be happy, and make my family happy. We had problems but nothing we couldn’t overcome. We didn’t expect them. Nobody suspected they were coming. It was a normal day of our lives and they came without warning.

They attacked us. They attacked our city. They killed thousands. They killed many innocent people. They killed my family; I hate them so much. They are terrorists; they don’t care about anything but their own goals. They don’t have respect for human life.

I heard my family before they died. They were asking for help, and I felt powerless because I couldn’t do anything to save them. The people I loved the most died under the ruins of the buildings. How I hate these people; they brought down buildings and with them, many human lives.

Is this justice? Isn’t this a reason to fight back? Why did they come here? Why did they do that?

But now I’m going to take revenge. They are going to pay for this. And they are going to feel what we felt. They are going to see their own people die. We are not having mercy because they didn’t have mercy on us. We are not going to be the defeated ones; we are fighting back. Now it’s our turn to make them suffer. I don’t care what it takes, I don’t care because they took away everything I ever had, my family. And now nothing can stop our fury and us. We are showing them that they are not as safe as they think they are. We are telling them that they cannot do whatever they want to anyone. I don’t care if I die. I don’t care whom dies. We are going to take their own planes, and we are going to crash them against the Twin Towers.

Septiembre 2001

Hablo al viento


Este es un poema que escribí hace algunos años. Mi maestra de redacción en la universidad nos pidió que escribiéramos un poema para regalárselo al final del curso. Como no sabía qué escribir, y no le quería regalar ninguno de los poemas que ya había escrito antes, compuse uno nuevo, porque me pareció lo más adecuado, y aparte para expresar un poco lo que significa para mí escribir, ya que era clase de redacción y la verdad es que me gustaba mucho esa clase. Entonces me puse a escribir, en la noche, versos simples que dijeran con pocas palabras y rimas sencillas un poco de lo que siento cuando escribo. Esto es lo que resultó:

Hablo al viento

La neurona en mi cabeza
muchas cosas que decir
de los temas que interesan
de las cosas por vivir

Muchos ojos, mucho tiempo,
mucho rato que perdí.
Mucho aire, mucho cielo,
mucha arena y jardín.

Hojas blancas, la corteza...
tinta suave, carmesí.
Con palabras de rareza,
sin sentido; hablo así.

Sutileza, hablo al viento
para nunca yo morir,
con concretos pensamientos
de lo más dentro de mí.

Con impulso y con certeza
con las ganas de salir
una a otra forman, letras,
los renglones que escogí.

Expresando lo que siento
por mis ganas de vivir,
sigo y sigo escribiendo...
nunca paro de escribir.


José María Hernández D.
(Mayo/4/2002)

Ese fue el poema que escribí para mi clase. Al principio solo lo hice para cumplir y no me importaba quedármelo o no, pero después de leerlo varias veces me gustó tanto, y me identifico tanto con este poema, que lo guardé con todos mis otros escritos que planeo conservar.

Yo sé que no es una obra maestra y que es muy sencillo como para tomarse como arte. Ni siquiera es mi poema favorito escrito por mí. Pero lo que me gusta es que refleja perfectamente mis sentimientos acerca de este tema.

Pienso que también explica un poco el porqué de este blog. Me gusta mucho escribir. Y aunque es posible que nunca llegue a nada más que redactar por puro placer sin ningún tipo de incentivo económico, no puedo dejar de escribir. Me encanta.
Saludos a todos.

Influencia AH1N1


Estoy harto de escuchar noticias todos los días acerca de la nueva influenza que se presentó en nuestro país. Desde el principio me pareció una exageración (todos con cubre bocas y restaurantes y escuelas cerradas) pero como era un virus del que no sabíamos nada, decidí dar el beneficio de la duda, pero jamás utilicé un cubre bocas. Me daban risa las personas que usaban el cubre bocas adentro del coche, o los que usaban guantes pero no se los quitaban absolutamente para nada.

Al principio solo me parecía sospechoso, porque no sabía de ningún caso real, todo eran estadísticas: tantas personas están contagiadas, tantas personas muertas, tantas personas con síntomas pero sin confirmar; pero no sabía el nombre de ninguna persona que estuviera enferma o hubiera muerto, mucho menos nadie cercano, ni siquiera el primo del amigo del hermano. Luego en el noticiero de Pedro Ferriz de Con transmitieron una llamada de un señor que supuestamente estuvo enfermo de la influenza AH1N1, y describió los síntomas que supuestamente tuvo. Dijo que se levantó en la noche con fiebre y con un dolor de cuerpo insoportable, se sentía muy débil y no podía casi ni levantarse. Lo llevaron al hospital y le diagnosticaron el nuevo virus. Lo tuvieron aislado un tiempo y luego lo enviaron a su casa donde también tuvo que estar encerrado en su cuarto, junto con su hijo que también estaba infectado pero no llegó a sufrir tanto los síntomas ya que lo atendieron a tiempo, y así estuvieron no recuerdo cuanto tiempo. Eso fue alrededor de tres semanas después de que empezara la psicosis. Pero cada día que pasaba empecé a notar que las noticias se contradecían entre sí. Los números de infectados y de muertos no eran coherentes. Lo más impresionante es que cada día se reducía el número de muertos a causa de este virus, y los contagiados resultaban ser de otro tipo de influenza. Y digo que es sorprendente porque, a pesar de que disminuía el número de muertes a causa de la influenza AH1N1, el número de muertos en general era el mismo, pero eso no era noticia, solo los que eran por causa de la influenza nueva. ¿Por qué? Ahí fue donde empecé a sospechar que la influenza, más que peligro por sí misma, era peligro por la influencia que tenía en la sociedad.

Aún el día de hoy la noticia de la influenza sigue vigente. Y por más que pregunto la razón de que una enfermedad que ha matado a tan poca gente y que los síntomas no son para nada lo que se describió en un principio, todos me responden que es una enfermedad nueva y que es eso lo que causa interés. Pero no es eso lo que me molesta. No es que algo sin importancia tenga la atención de todo el mundo, lo que me llena de rabia es que esa estupidez afectó a muchísimos negocios aquí en México. Causó el rechazo de mucha gente a los mexicanos, a nivel mundial. Esta enfermedad, corriente, simple y sin peligro, afectó la economía de un país ya devastado por la crisis económica, por una guerra contra el narcotráfico y un conflicto social interno por culpa de los partidos políticos. ¿Y qué hacen los medios de comunicación? Siguen sacando como noticia algo que no tiene nada de importante. ¿Por qué no dicen cuanta gente se muere cada día de enfermedades curables, no digo en el mundo, sino aquí en México? ¿Por qué no les parece noticia que, a pesar de que dijeron que había cientos de muertos por la influenza AH1N1 y que resultaron ser solo 6 o 7, todavía hay cientos de muertos por otras causas que no están investigando o simplemente les parecen normales? ¿Por qué si el número de muertos en todo el mundo a causa de la influenza AH1N1 no ha llegado ni a mil, no les parece noticia que el sarampión todavía mate a más de 500 personas por día? Justamente hoy vi en el noticiero en televisión de Pedro Ferriz que siete personas más murieron de influenza AH1N1 (¡qué notición!).

No me gusta pensar en las conspiraciones mundiales, de personas que gobiernan el planeta y nos controlan con noticias como esta. No soy de los que cree que todo lo que sucede en el mundo es producto de las decisiones que toman organizaciones maléficas que mueven todo nuestro entorno y deciden por nosotros como si fuéramos marionetas. Pero con todo esto que crea la media, y la Organización Mundial de la Salud, estoy a punto de convertirme en uno de esos paranoicos. Sí creo que hay gente interesada en crear pánico para beneficiarse económicamente. También estoy seguro de que la influenza AH1N1 es real, pero de ahí a que sea tan mortal como nos quieren hacer creer, hay muchísima diferencia.

Hace algunos días me puse a buscar en Internet la diferencia entre la influenza estacionaria y la AH1N1, para saber si era cierto lo que dijo el señor que habló al noticiero. Justamente el buscador me lanzó una página del gobierno de México. El siguiente texto es redacción exacta de la página del gobierno mexicano:
“¿Existe alguna diferencia entre influenza estacional y influenza A (H1N1)?
• Si, el virus de la influenza estacional se presenta normalmente en la época invernal y los grupos de mayor riesgo son los niños menores de 5 años y los adultos mayores de 60 años. La influenza A (H1N1) es un virus nuevo. Ambas son enfermedades respiratorias agudas y tienen síntomas parecidos.”

Por favor díganme, ¿alguien entiende cuál es la diferencia entre las dos influenzas con esta información?

Estoy convencido que la razón por la que hacen tanta promoción de cuidado y atención de la influenza AH1N1 no es prevenir su contagio ni salvar vidas. No estoy seguro cuál es la razón real, pero esta enfermedad nunca fue una amenaza para la humanidad. La llaman ahora pandemia, pero también es solo para hacerlo más impresionante. ¿A quién le importa que una simple gripa ataque a gente de todo el mundo? Pero eso sí, que todo mundo se entere que empezó en México. Y al principio se le llamó porcina, ¿cierto? ¡Claro! Hay que culpar a un factor que no sea una simple mutación, sino una causa directa de algún animal, para que se la crea la gente; así como la aviaria, ahora la porcina. Y por más que hayan desmentido ese hecho, todo el mundo recordará la influenza como la influenza porcina. Y obviamente las personas que viven de vender carne de cerdo también fueron de los más afectados.

Entiendo que para los noticieros y la prensa es negocio hacer más escandaloso lo que no tiene importancia. Pero ¿por qué siguen asustando a la gente? ¿por qué aun hoy? El gobierno mexicano dice estar haciendo todo lo posible por salir de la crisis, por dar trabajo a la gente, pero está gastando miles de millones de pesos para combatir una enfermedad que se cura igual que las otras. Y lo que no entiendo es por qué la gente sigue creyendo que hay peligro; por qué siguen esperando con ansias la vacuna para una influenza que es menos peligrosa que la gripe que por muchos años han combatido sin ayuda de vacunas preventivas.
 
Espero que a raíz de esta tragedia (no la de la influenza, sino la influencia que lograron tener los medios sobre la sociedad) la gente abra los ojos y no se dejen convencer tan fácilmente cuando alguien quiera volver a hacer esto. Pero la verdad es que no pongo muchas esperanzas en esto, porque lo mismo ha sucedido muchas veces, y la gente sigue sin entender que lo primero que se tiene que hacer cuando te den un dato, es verificar si es confiable o no. 

Si miras bien, siempre hay luz.


En la televisión vi, hace algunos años, un comercial de Coca-Cola en el que salía un muchacho comprando uno de estos refrescos en una maquina de bebidas y por algún problema se iba la luz en todo el edificio. Mostraban algunos eventos que fueron resultado de este incidente; del único que me acuerdo era el de una pareja que se quedaba encerrada en un elevador y empezaba a besarse, pero el punto era que mostraban cómo la gente aprovechaba la situación para su beneficio. El slogan al final del anuncio era "si miras bien, siempre hay luz".

Desde la primera vez que lo vi, siempre me quedé pensando en el excelente mensaje que mostraba la publicidad. Cada vez que sucede algo malo (o aún en los buenos tiempos), siempre hay dos maneras de ver las cosas: de manera positiva o negativa; y la manera de ver las cosas afecta mucho nuestro estado de ánimo y nuestras decisiones (aunque muchas veces pienso que es nuestro estado de ánimo lo que nos lleva a ver las cosas de manera diferente y a tomar tal o cual decisión). Algo de lo que sí estoy seguro es que siendo, o tratando de ser, positivos en cada momento nos lleva a ser más felices y a generar oportunidades que nos ayuden para nuestro bienestar.

Recuerdo una muy buena amiga a la que alguna vez le mencioné que era muy bueno ser positivo. Ella me decía que era negativa en la manera de ver las cosas, pero que así era ella, y que aunque a veces sus amigas le reprochaban eso, ella seguía siendo así y hasta prefería ser así. Decía que no le gustaba el sentimiento de estar entusiasmada y que luego le tumbaran sus planes. Entonces mejor se esperaba lo peor y así muchas veces le daban una grata sorpresa o al fin no le afectaba mucho lo que sucediera porque ya se lo esperaba. A mí de verdad me sorprendía (y me sorprende aún) como era posible que gente pensara de esa manera. Traté de hacerle ver de diferentes maneras que es mucho mejor ser positivo, pero ella seguía firme. Se me ocurrió una metáfora muy tonta, le dije: eso que me dices es como si prefirieras comer pura comida que sepa muy mal, para así evitar tener un mal momento en el caso de que algún día llegaras a comer algo que no te gustara, porque como quiera ya estarías acostumbrada, en vez de comer siempre comida rica y "sufrir" en el momento que te den de comer algo desagradable. En ese momento mi amiga se empezó a reír, y reflexionó un poco. Después me dijo, pues sí, tienes razón, es mejor ser positivo y ver las cosas con buena cara, pero la verdad es que no creo que pueda cambiar. Yo en ese instante me reí muchísimo. Le dije que en verdad no tenía remedio. Ella se dio cuenta inmediatamente de su postura, se rió también y luego dijo, ok déjame decirlo otra vez: sí es cierto que es mejor ser positivo, y voy a intentar ser asi de ahora en adelante. Bueno, pensé yo, ese es el primer paso.

En la copa mundial de fútbol del 2006 México jugó contra Argentina en octavos de final. Perdimos 2-1 en tiempos extra. Todos estábamos muy tristes, sobretodo porque íbamos ganando 1 por 0 en algún momento del partido. Pero a mí no me molestaba tanto el haber perdido, sino los comentarios de amigos y conocidos míos, desde días antes de que se jugara el partido, de que era obvio que íbamos a perder. Yo no soporto a la gente que piensa así. Les decía que por lo menos tuvieran la esperanza, que hay que tener un poquito de fe y llegar con ánimos a ver el juego. La mayoría de la gente me decía que no fuera iluso. Pero lo peor que escuché (y no fue sólo una persona, sino tres o cuatro) que dijeran fue "hay que ser realistas". ¡¿Cómo?! No lo podía creer. ¿Ser realistas? ¡Pero si el juego todavía no se jugaba! Podrían decir que Argentina tenía un mejor equipo (y yo aún eso lo dudaría) o que era difícil ganar, eso sí sería ser realista, pero decir que íbamos a perder, ¿cómo podía ser eso realista? ¿Cuántas veces se ha visto que en un partido gana el equipo con menos posibilidades de ganar? La realidad es algo que es un hecho, y no era un hecho que íbamos a perder. Es un hecho hoy, pero no entonces (antes de que se jugara el partido).

¿Por qué somos así los mexicanos? Siento que tenemos un complejo de inferioridad muy pronunciado que no nos deja creer que podemos hacer muchas cosas de las que somos capaces. No hablo de ser positivo en le sentido de estar siempre riendo, o tomar los problemas a la ligera o de tomar las tragedias como si fueran comedias. Hablo simplemente de ver el futuro con más ánimo, sobre todo cuando no sabemos qué puede pasar. Hablo de ser optimistas, no dejar de intentar algo por pensar que es difícil realizarlo. Siempre estoy discutiendo con esas personas que les gusta decir que las cosas van a salir mal. Lo peor es que se burlan de uno cuando sí salen mal. Yo me defiendo diciendo que por lo menos no estuve lamentándome antes de que el evento sucediera, y que para ellos nunca estuvo la posibilidad de algo bueno. Les digo y les repito que el miedo atrae lo malo. Que no es solo ser positivo para tener fe e ilusión, sino porque en verdad ser negativo afecta el ánimo, y el alma. Pero obviamente la mentalidad de esas personas no la logro cambiar.

Cuánta gente creyó que Michael Phelps no iba a poder ganar las 8 medallas que se propuso a ganar. Él mismo lo dice en su libro: aquellos que dudan me están ayudando, porque más me esfuerzo en demostrar que sí puedo. Creer que uno mismo no logrará algo puede ser causa del realismo del que hablaba la gente que mencioné más arriba, pero pensar que alguien más no podrá realizar algo sólo porque nosotros mismos no podemos o porque nadie antes lo ha hecho, eso lo catalogo mucho más bajo. Cuántas historias hay de gente que logra hazañas llamadas, erróneamente, imposibles. ¿Por qué no podemos ser nosotros más optimistas y creer que sí es posible aquello que deseamos? ¿Por qué nos cuesta tanto trabajo tener fe en que puedan salir nuestros proyectos y nuestros deseos como queremos? Yo creo que si pensáramos más en que algo bueno puede suceder, en vez de las en posibles razones por las que aquello no pudiera suceder (mas las razones inexistentes que nos inventamos), podríamos no solo lograr muchas más cosas sino vivir la vida mas a gusto.


Hay tantas frases que me gustan con respecto a este tema, que no sabría con cuál terminar: "como no sabían que era imposible, lo hicieron", "no te des por vencido, ni aun vencido", "no hay peor lucha que la que no se hace", "si lo intentas, puede que fracases, si no lo intentas ya fracasaste". Me quedo con una frase que escuché alguna vez: cuesta exactamente lo mismo ser optimista que ser pesimista.


Arquitectos del destino


Leí el día de hoy, en el blog de Sergio de Régules (http://www.imagenenlaciencia.blogspot.com/) una entrada que hablaba de una teoría que dice que es posible que los genes se preocupen por reproducirse y continuar su especie. El comentario comenzaba con una pregunta "¿Conque piensas que tú eres el arquitecto de tu propio destino...?" Luego explicaba lo que algún filósofo estadounidense y también un divulgador científico dicen al respecto de genes que de alguna manera nos manipulan para poder continuar su ciclo de vida.

Me quedé pensando no tanto en lo de los genes, sino en la primera pregunta. ¿En verdad somos arquitectos de nuestro destino, o es alguien más quien decide lo que sucede? ¿O es una combinación de ambas cosas? En esta entrada no pienso comenzar un debate entre la religión, el destino, el azar, etc., sino que quiero reflexionar algo que desde hace tiempo me tiene incómodo. ¿Hay alguna parte de mi vida que esté escrita y no pueda hacer nada para cambiarla?

Quien crea en Dios tiene muchas posibilidades de creer que las cosas suceden por voluntad de él: "Dios sabe por qué hace las cosas". Esa frase incluye el entrometimiento de Dios en nuestras vidas, lo que consecuentemente nos quita libertad. Mucha gente que practica la religión (sea cual sea) le pide a Dios milagros o favores; si los concede, agradecen con fervor y se emocionan de que Dios haya escuchado sus plegarias, si no lo concede, una de dos, o le reclaman la ausencia de interés o se resignan y piensan "si no quiso Dios es porque sabe lo que es mejor para mí". Pienso que esa filosofía no hace mucho sentido. Si Dios sabe lo que es mejor para nosotros, ¿para qué pedir?

Aclaro que no estoy en contra de la religión, y no estoy aludiendo que Dios no existe. Tengo mucho respeto por la fe de las personas, cualquiera que sea que profesen. Pero sí hago una reflexión de lo incoherente y lo peligroso de creer todo lo que nos dicen. Estoy totalmente y abiertamente en contra del fanatismo. En todos los ámbitos. Creo que el fanatismo ciega y repele un criterio objetivo. Esos fanáticos religiosos, fanáticos de izquierda o de derecha, incluso fanáticos de la ciencia, me parecen gente dispuesta a negar, sin fundamentos, cualquier prueba, por más firme que sea, si contradice lo que piensan.

Habiendo aclarado esto, quiero continuar con algunos otros argumentos que me parecen contradictorios. A mí me enseñaron desde chico que Dios nos hizo libres y que el mayor regalo de Dios es la libertad. Aun creyendo firmemente esto, también nos enseñan que hay que obedecer a Dios siempre y sin cuestionar. Si no hiciéramos esto, vendría un castigo, si no en esta vida, entonces en la vida eterna. ¿Qué libertad es esa? me pregunto.

Mi ex-novia era fan numero uno de la frase "no hay mal que por bien no venga" y siempre que algo no le parecía, buscaba la razón por la que esa situación estuviera ahí. Nos hicimos novios en México pero se fue a vivir a otro país después de un tiempo y, como decidimos continuar la relación a distancia, una vez que se desesperó me dijo "todavía no entiendo por qué mi novio está en otro país, pero alguna razón tiene que existir"; esa actitud a mí me molestó mucho, y le dije que ella tenía novio en otro país por la única razón de que así lo decidió. Si no hubiera querido eso, me hubiera cortado en el momento en que se fue. Con esto quiero decir que muchas veces tratamos de divinizar lo que nos sucede, o tratamos de inventar una razón para soportar nuestra situación actual. Eso de "por algo pasan las cosas" para mí es una tontería. ¿Cómo podemos creer que me está sucediendo algo en este momento porque después tiene que suceder otra cosa? Entiendo que es una manera positiva de afrontar un problema, pero mucha gente lo toma como cierto, cuando no lo es. Lo único que podemos hacer es crear una solución nosotros o esperar a que sucedan las cosas a como vayan saliendo. La situación está ahí aunque no queramos, lo que hagamos al respecto es lo que puede cambiar esa situación, pero no es garantía que, porque algo malo está pasando, vaya a suceder algo bueno a raíz de eso.

Así como Dawkins, que escribe en su libro "El gen egoísta" que los genes son quienes nos usan para poder dejar descendencia, hay mucha gente que piensa que alguien más nos controla, y que no podemos escapar a un destino ya escrito. Como los que creen que los horóscopos dicen la verdad (basta con leer 2 o mas horóscopos el mismo día de diferentes revistas o publicaciones para darnos cuenta de las grandes mentiras que nos dicen); pensar que algo externo afecta las situaciones y las decisiones que tomamos es quitarnos libertad (y responsabilidad) y dejar que las cosas sucedan sin nuestro consentimiento. Puede ser que esas personas necesiten justificar sus acciones, o tal vez quieran culpar a alguien por sus desgracias, pero nada cambia que los planetas se sigan moviendo como siempre, y que si afectara a uno tendría que afectar a todos, y si favorecen a algunos pues tarde o temprano todos tendríamos que prosperar.

Cuando salió la serie de Lost, el personaje Hurley había ganado la lotería con el numero 4 8 15 16 23 42. A partir de eso, todo en su vida se volvió una serie de tragedias; él mismo llegó a pensar que el dinero estaba maldito. Ese mismo año miles de personas en Estados Unidos compraron el boleto de lotería con los números con los que ganó el personaje de la serie de televisión. Y en mi mente hay dos cosas que no puedo entender, primero: ¿cómo es posible que la gente pensara que en verdad iban a ganar con la pura lógica de que les pasaría lo mismo que al personaje de una serie ficticia? y segundo: ¿si en verdad creían que podían ganar con esos números, por qué no creían también que su vida se volvería una serie de tragedias, o simplemente no les importaban esas tragedias con tal de ser millonarios?

Podría dar muchísimos ejemplos más, pero el mensaje es el mismo. Si ponemos todas las teorías en la mesa sobre si somos libres pero alguien decide lo que sucede, estas se van a contradecir rotundamente, es solo cuestión de meditarlo un poco. ¿Somos los arquitectos de nuestro propio destino? Yo creo que sí, pero hay quienes construyen una prisión, para sentir que alguien los encerró ahí, y que no tienen opción de habitar en otro lugar.

Cuando estuve estudiando fuera vi una postal que me gustó mucho y la compré. La postal era una foto de un grafiti en un muro y decía: "¿Qué hay de serio en una vida donde se entra sin pedirlo, y se sale sin desearlo?" 

La ignorancia está más cerca de la verdad que el prejuicio.


Alguien, una vez, me llamó ignorante por no saber el significado de una palabra que mencionaron en una conversación. Cuando la escuché pregunté enseguida qué significaba; el reproche de ignorante no se hizo esperar y por un momento me dieron ganas de retirar la pregunta. En verdad me sentí ofendido. Ser ignorante abarca mucho; es una palabra fuerte. En ese momento no dije nada para defenderme, sólo pregunté y me quedé callado, aguantando la humillación de aquella persona.

No solo me ofendí por haber sido catalogado como un ignorante, que para mi orgullo ya es demasiado, sino porque quien me lo dijo es alguien muy pedante y que está muy lejos de sobresalir por ser culto. Aun así, con el coraje que me dio, me quedé callado y no contesté a su crítica.

No me considero ignorante, para nada. De hecho, cuando estuve solo, y todavía enojado, me puse a pensar en razones para probarme a mí mismo que no soy un ignorante. Enlistando mis conocimientos: puedo hablar tres idiomas, conozco de música, deportes y cine; tengo un título universitario y he vivido en tres países diferentes. He visitado muchos lugares y leo al menos 12 libros al año.

Luego me sentí ridículo tratando de demostrar que sé mucho. Después de todo una hay una frase muy interesante que Einstein dijo: "Todos somos muy ignorantes, lo que pasa es que no todos ignoramos las mismas cosas." ¡Cuánta razón tiene! Por más que uno quiera conocer temas, definiciones o términos, nunca vamos a saber todo. Somos demasiado limitados. La vida entera no nos alcanzaría para conocer todo lo que existe.

La única prueba que puedo mostrar para refutar que no soy ignorante es que me gusta aprender cosas nuevas. Me gusta siempre saber más; conocer otras culturas, nuevos temas; abrir mi mente. Por eso me gusta tanto leer. Por eso escribo. Creo que eso identifica a alguien culto. La ignorancia radica en no interesarse por saber más, en dar por hecho que se conoce lo suficiente. ¡Nunca sobra saber algo más!

Ignorante hubiera sido yo si no hubiera preguntado el significado de esa palabra que no conocía. No se puede juzgar a alguien de ignorante por no saber una palabra.

Decidí desde entonces no llamar a nadie así. Especialmente sin saber qué es lo que puede llegar a conocer esa persona. Que una persona no sepa algo no es prueba de ignorancia solo porque yo sí, y a veces hasta llegas a darte cuenta de la ignorancia de alguien por su ánimo de aparentar conocimiento. Cuando se habla sin saber lo que se dice llegas a dar lástima, porque si hay alguien más presente que sí sepa de eso, ¡ay de aquel que habla! en verdad es peor ridículo que admitir que no se sabe y que necesitaríamos estudiar sobre aquello o escuchar con atención a un experto. Porque la verdad es que no importa cuánto sabes, "lo importante es nunca dejar de preguntar" -Albert Einstein.


La razón


Fui porque antes hubo amor.
Soy, porque tengo amor desde pequeño.
Seré, porque creo que todavía hay mucho amor por descubrir.

Regalo de Navidad



Mi abuela paterna murió el año pasado. Tenía 96 años. Sus últimos días estuvo acostada en su cama. De hecho sus últimos años sólo estuvo en dos posiciones: o sentada en su mecedora, o acostada en su cama. Poco a poco, desde que llegó a la edad de 80 años, fue olvidando cosas. Iba recordando cada vez menos palabras y se tardaba en contestar en una conversación, pensando en lo que quería decir.

Yo quise mucho a mi abuela toda mi vida, pero los últimos años no podía hacer más que acompañarla porque ya estaba casi todo el tiempo dormida, y cuando no, no hablaba y no podía saber si me entendía.

En la Navidad del 2002 mi abuela todavía estaba consciente, aunque ya no platicaba nada y solo le salían algunas palabras como "si", "no" e "hija" (llamando a mi tía Lourdes, que era quien la cuidaba). Gestos, asientos con la cabeza, y sonidos eran sus únicos modos de comunicarse.

En un momento de la noche yo estuve sentado con ella. Mis tías no se separaban ni un instante. No sé qué fue lo que estuve pensando pero viendo a mi abuela me dieron ganas de decirle que la quería. Tal vez sentí que podía ser que pronto muriera y no la volvería a ver. Tal vez me llegó el espíritu navideño, no sé, pero no quise dejar pasar la oportunidad de decirle que la quería.

Esperé a que mis tías se distrajeran y se fueran a otro lugar para que no me oyeran, porque me daba pena demostrar mi cariño sincero enfrente de otras personas, pero cada vez que una se iba venía otra y yo nunca encontraba el momento de poder decirle a mi abuela nada.

Al fin me quité la pena y aprovechando que sólo estaba mi tía Mariángeles a mi lado, y así por lo menos no me escucharía tanta gente, le dije a mi abuela: "Te quiero mucho."

Qué grande fue mi sorpresa cuando mi abuela contestó inmediatamente "Yo también".

Hasta mi tía que estaba a un lado me dijo "oye, mira, le salieron sus palabras". Yo me sentí lleno. No esperaba que dijera absolutamente nada. De hecho la miré a los ojos para poder notar alguna reacción, porque pensé que esa sería su única respuesta. Pero no. Me respondió claramente y sin tomarse tiempo para pensar. En ese momento la quise todavía más, y me sentí muy orgulloso de haberle dicho eso.

Cinco años y medio después mi abuela nos dejó, y la Navidad del 2008 fue la primera en mi vida que ella no estuvo con nosotros. Pero cada Navidad recuerdo con mucha alegría el regalo que me dio esa Nochebuena. Fue el mejor regalo que me dieron esa Navidad, y también el mejor de cualquiera.