Pumas me enseñó



Pumas me enseñó football americano. Me enseñó a jugar el deporte que más me gusta. Me enseñó técnica, me enseñó a entrenar, me enseñó a respetar reglas y a seguir instrucciones. 

Pumas me enseñó disciplina; a llegar temprano. A quedarte hasta el final del entrenamiento, a entrenar los sábados. A dejar el entrenamiento si el coach te corría. 

Unidad: a participar de un equipo, a convivir con compañeros, a hacer amigos. A sentirte parte de una comunidad, y apoyar a otras categorías. A corresponder y entregar algo de tu tiempo en su debido momento, coacheando a los jugadores chicos. 

Me enseñó respeto. Hacia los coaches, quienes eran autoridad en el campo. Ni tus papás tenían mayor jerarquía que los coaches en el campo. Respeto por el equipo; a dar lo mejor de ti, no por ti, sino por tu equipo. A apoyarnos mutuamente para ser mejores. Me enseñó el respeto hacia el contrincante, que también entrenó para ganar, que no es menos porque fue vencido, que sin sus ganas de competir no podríamos mejorar.

Me enseñó a trabajar duro para lograr un objetivo. A ganar, con esfuerzo y con enfoque. A disfrutar los partidos. 

Me enseño a perder, y a enfrentar la derrota con humildad y fortaleza. A felicitar al equipo contrario por su triunfo, y comprometerme a ser mejor la próxima temporada. 

Pumas me enseñó mucho. No podría enumerar tantas enseñanzas, y tanto aprendizaje. Pero entre todo lo que me enseñó, me enseñó también a luchar; a luchar por lo que quiero y lo que creo, y a no darme por vencido. Y si hoy nos toca luchar por conservar un campo donde vivimos tantas experiencias, pues lucharemos por él, sobre todo cuando quien quiere evitar que lo usemos es un alcalde irrespetuoso, abusivo y prepotente al que no le importa la juventud ni el deporte en su municipio.


Pero si sucediera que retiran el uso del campo para la formación de niños en el football americano, también tendré en mente que Pumas no es un campo. Pumas no son las gradas, o la utilería o los dummies. Pumas es el equipo, no importa donde esté. Pumas es una familia, y si le quitan su casa va a encontrar otra. Este alcalde chiflado nos quiere hacer la vida difícil porque tiene un coraje ridículo contra nosotros, cuál Trump contra los mexicanos. Pero las situaciones difíciles no son nuevas para nosotros, ni son nuestra debilidad. Hay que salir adelante pese a todo. Y estoy seguro que Pumas va a seguir formando hombres buenos durante 50 años más.







My mom

Thinking of the reasons that make you love and admire your mom can take you to choose the most obvious circumstances for which generally every mom is credited. I also like the videos where they make fun of the stereotypical Mexican mom: they are very funny because it’s evidence that they all are very similar and made us go through the same stuff when we were young. But if we take some time to think exclusively in our mom we will remember precise moments surrounded by circumstances that left a mark in us and demonstrated that our mom is the most influential person in our lives. 

I remember, for example, in the time that I was studying abroad, I was having problems with my girlfriend of that time. I didn’t want to tell just anyone about this, I was alone over there and nobody knew my girlfriend, and I didn’t feel like writing an email to my friends explaining what was going on. In the end it was my mom I wrote the email to, even though I didn’t feel comfortable telling my mom a very intimate situation and I didn’t think she would be the best person to give me advise on love at that age, but I sent her the email nonetheless. And it wasn’t a mistake. My mom gave me the best advice I could have received and it made me realize a lot of things. It really helped me in that difficult moment. After thinking over what my mom told me it really surprised me that I doubted her, because obviously she knew me perfectly, even though I was twenty-one years old, she was still my mom, and those moments of vulnerability, specially being away from home, are moments in which our personality is in its raw, original and simple state, and thats the personality our mothers know the best. 

Another memory that reminds me of my mother's love and constant support was the time I participated in an oratory contest to win the chance to speak to the governor at an event of the american football association I belonged to. My mom was the one who suggested the president of the club I was in that I could do a good job at that. It was an open announcement, but only one other guy and I responded to it. I was about 13 years old, the other guy was older than me. I was nervous. They asked me to prepare to pronounce an essay written in a sheet of paper in front of the judges who would choose the winner. My mom was with me. When I was practicing we saw the other guy. We were both getting ready but he was clearly more experienced, he looked confident while practicing the text without reading. The I got really nervous, I realized I was not going to be able to memorize the whole text. But my mom told me to not try and memorize it all, but to bring it with me and use it as a guide, without reading the whole thing, but just having some help while showing my oratory skills. 

I went first thinking I would really have liked to go second and have those extra minutes to practice a little bit more. I was really nervous by then, I tried not to feel less for bringing the sheet with me as a guide. I did my thing and walked out. My mom was there already waiting for me and asking how it went. She smiled at me, she reassured me she was proud of me whatever happened and we left. The next week they called me to ask me to prepare an essay written by me to speak to the governor. 

What else can I say but that my mom was the support that helped me be better than the other guy, who went there by himself. My mom prepared me since I was a little boy taking me to oratory lessons so I would learn to speak in public; but also she always believed in me and pushed me to do thing I didn’t think I wasn’t good at; she supported me when it seemed the other contestant was better than me. I have no doubt that that little help she gave me since I was little pushed me to overcome that other guy. That is the support that I’ve always have, even when I didn’t felt it as patently as that time. 


That is my mom, who knew me before I was born. Who learned to decipher my strengths and my weaknesses, and held my hand over many years. She is the one who keeps teaching me, and helps me be better.  

Mi mamá

Pensar en las razones que te hacen querer y admirar a tu mamá puede llevarnos a escoger las más obvias circunstancias por las que por lo general todas las mamás son reconocidas. Me gustan también los videos donde hacen burla de los estereotipos de las mamás, sobre todo las mexicanas; dan mucha risa porque es una evidencia de que todas son muy parecidas y a todos nos hicieron pasar por lo mismo. Pero si dedicamos un poco de tiempo a pensar exclusivamente en nuestra mamá vamos a recordar momentos precisos rodeados de circunstancias que nos marcaron y que hicieron que ese momento demostrara que nuestra mamá es la persona más influyente de nuestras vidas. 

Yo recuerdo, por ejemplo, un momento cuando estaba estudiando fuera, y que estaba pasando problemas con mi novia de entonces. No tenía ganas de contarle mi situación a nadie; estaba solo allá y nadie conocía a mi novia, y no me sentía con ganas de escribir correos electrónicos para describir lo que pasaba a mis amigos. Pero al final fue a mi mamá a la que le conté, a pesar de que me sentía incomodo porque era una situación íntima y no creía que mi mamá fuera la más adecuada para darme un consejo de relación amorosa, sin embargo lo hice. No me equivoqué. Mi mamá me dio el mejor consejo que pude recibir, y caí en cuenta de muchas cosas. Me ayudó mucho en ese momento difícil. Después de reflexionar en lo que me dijo mi mamá, me sorprendió haber dudado de lo que ella me pudiera aconsejar, porque obviamente ella me conoce perfectamente, a pesar de que tenía ya veintiún años, seguía siendo mi mamá, y esos momentos de vulnerabilidad, sobre todo estando yo en otro país, son en los que nuestra personalidad es la más simple, la más original, y es la que mejor conocen nuestras madres. 

Otra anécdota que me recuerda el amor de mi mamá y su apoyo constante es la vez que participé en un concurso de oratoria para hablar frente al gobernador del estado, en un evento de la asociación de football americano de la que era parte. Mi mamá fue la que había sugerido a la presidenta de mi club que yo podía ser un buen candidato para esa tarea. La convocatoria era abierta, pero solo yo y otro jugador acudimos a participar. Yo tendría unos 13 años, el otro jugador era mayor que yo. Me pidieron ensayar un articulo para pronunciarlo frente a los jueces que iban a decidir quién iba a hablar frente al gobernador. Mi mamá estaba ahi conmigo. Cuando estaba todavía ensayando, vimos al otro participante que había asistido. Los dos nos estábamos preparando, pero el otro muchacho se veía con más experiencia, más seguro de sí mismo mientras repetía los párrafos sin leer el texto. Yo me puse muy nervioso, porque sabía que no me iba a poder memorizar completamente la cuartilla que tenía que pronunciar. Pero mi mamá que estaba ahi conmigo me aconsejó no memorizar todo, sino llevar la hoja conmigo y usarla como guía, sin leerla textualmente, pero apoyándome para no equivocarme, sobre todo por si me ponía muy nervioso. 

Entré yo primero pensando que hubiera tenido una ventaja contra el otro orador si hubiera sido segundo, algunos minutos más para practicar. Estaba nervioso, traté de no sentirme mal por llevar el texto como guía. Hice mi trabajo y salí. Ahí estaba mi mamá para preguntarme cómo pensaba que me había ido. Me sonrió, me aseguro que pasara lo que pasara estaba orgullosa de mí, y nos fuimos. A la semana siguiente me llamaron para pedirme que preparara un texto de mi autoría para pronunciarlo frente al gobernador. 

Qué puedo decir más que mi mamá fue el apoyo que me ayudó a ser mejor que el otro participante, que iba solo. Mi mamá me había preparado desde chico, llevándome a clases de declamación, para aprender a hablar en público; pero también confiaba en mí y me impulsaba a hacer cosas para las que yo no me creía apto; me apoyó cuando parecía que había un rival mejor que yo. No me cabe duda que ese apoyo me dio ese pequeño impulso que me hizo superar al otro orador. Ese apoyo que siempre he tenido, aunque no siempre lo he sentido tan evidente. 


Esa es mi mamá, la que me conoce desde antes de nacer. La que aprendió a descifrar mis fortalezas y debilidades, y que me acompañó de la mano durante años.  Es la que me sigue enseñando, y que me ayuda a ser mejor.