El fin de los tiempos (o puede que no)






Recientemente me enviaron por WhatsApp una cita sobre un tal Almir Favarin, que se supone que es teólogo y psicoanalista. El pequeño ensayo, titulado “Esquizofrenia Social” dice esto:

Vivimos en una época donde quieren que los sacerdotes se casen y que los casados se divorcien.
Quieren que los heterosexuales tengan relaciones sin compromiso, pero que los gays se casen en la iglesia.
Que las mujeres tengan cuerpos masculinizados y se pongan como hombres y tomen papeles masculinos. Quieren que los hombres se conviertan en "frágiles" y delicados y como si fueran mujeres. Un niño con sólo cinco o seis años de vida tiene derecho a decidir si será hombre o mujer por el resto de su vida, pero un menor de dieciocho años no puede responder por sus crímenes.
No hay vacantes para los pacientes en los hospitales, pero está el incentivo y el patrocinio para quien quiere hacer cambio de sexo.
Hay un seguimiento psicológico gratuito para quien desea dejar la heterosexualidad y vivir la homosexualidad, pero no hay ningún apoyo de este mismo para quien desea salir de la homosexualidad y vivir su heterosexualidad, y si intentan hacerlo, es un crimen.
Estar a favor de la familia y la religión es una dictadura, pero orinar sobre los crucifijos, desbaratar iglesias es libertad de expresión.

Si no es el fin de los tiempos, debe ser el ensayo...

Al parecer esta idea se ha hecho viral. Pero como normalmente sucede cuando alguien quiere quejarse del mundo en el que vivimos por las ideologías que no van con sus creencias, los argumentos se vuelven muy simplistas y fáciles de tumbar, o por lo menos de hacer frágil su convicción. Para esto como siempre me gusta hacer preguntas y aclarar los comentarios:

El autor usa mucho la afirmación “quieren”. ¿Quieren? ¿Quién quiere? ¿A quién se refiere cuando dice eso? ¿Cuántas personas “quieren” lo que él sugiere que quieren? Para empezar por el principio, nadie “quiere” que los sacerdotes se casen, más bien existen personas que abogan por que los sacerdotes tengan la opción de casarse; o sea, que puedan escoger. Sobre todo cuando nos enteramos de los sacerdotes que abusan sexualmente de niños y menores de edad, o cuando nos enteramos que esos mismos sacerdotes que no dejaban la orden sacerdotal tenían familia. Entonces ¿quién es más incongruente? 

Lo mismo con el divorcio, nadie “quiere” que los casados se divorcien, lo que pedimos es que se reconozca que alguien pueda dejar un compromiso, sobre todo cuando este se quebranta por alguna de las partes. Personalmente me importa poco que alguien esté en contra del divorcio porque este ya es legal en nuestro país, lo que la iglesia decida es problema suyo; aunque sí me siento mal por la gente que en realidad cree en lo que les dice la religión y aun queriendo estar cerca, no puede porque cometió un error.

Nadie “quiere” que los heterosexuales “tengan” relaciones sin compromiso, más bien reconocen que tienen derecho a tenerlas y nadie los debe de criticar por eso. Y tampoco se excluye a nadie, "quieren que los heterosexuales no tengan compromiso pero los gays sí y aparte avalados por la iglesia" ¿con quién platicó esta persona? Todos, homosexuales y heterosexuales tienen derecho a tener relaciones sin compromiso, y también deberían de tener derecho por igual a casarse y a divorciarse. Ese es el argumento real.

Almir Favarin asume mucho en su corta queja; supone que hay quien quiere que las mujeres se masculinicen y los hombres se vuelvan frágiles. Como si hubiera una organización que busca los absolutos, que todos los hombres sean frágiles y que todas las mujeres tomen papeles masculinos; ¿a qué papeles se refiere? Al parecer sugiere que hay quien quiere cambiar a los hombres por las mujeres y viceversa. Si hay alguien que quiere exactamente eso, yo no tengo la menor idea de quién sea.

Y luego miente: un niño de seis años no puede decidir prácticamente nada por sí solo y los menores de 18 años responden por sus crímenes de igual manera que los adultos, por eso existen los reformatorios. También miente sobre el incentivo y patrocinio para el cambio de sexo: en donde quiera que haya este incentivo, no hay tampoco escasez de vacantes para pacientes. 

Y por último, estar a favor de la familia y la religión no es una dictadura, lo que es una dictadura es querer legislar conforme a las creencias religiosas de alguien. También valdría la pena cuestionar (ya que lo mencionó antes) ¿no debería ser ilegal instruir a niños en la religión desde pequeños, qué digo desde los 6 años, desde su primer año de vida, sin tener ninguna evidencia de que cualquiera de las religiones sea real? Y si yo compro un crucifijo y se me antoja orinar en él no estoy rompiendo ninguna ley, al igual que los religiosos que critican a los divorciados y homosexuales y a las mujeres que deciden abortar tampoco rompen ninguna ley. 


Almir Favarin se confunde y piensa que las libertades de otras personas son impuestas por la fuerza en toda la población. Pero más grave aun, se le olvidan todas las atrocidades que han sucedido gracias a la obediencia dogmática de religiones y de costumbres. Se cree con derecho de criticar a otros por tener libertades, sin que nadie le imponga nada, pero no se le escucha criticar a quienes persiguen homosexuales incluso si también persiguen la libertad de expresión, o criticar a quienes encubren la pederastia, porque esos también están en contra del aborto. Al parecer mientras mantengan los valores que él piensa que deben ser universales no le importa que pisoteen los derechos de las personas.

Y termina sugiriendo que esto debe de ser el ensayo del fin del los tiempos, si acaso no es el mismo. A lo que  yo le contestaría, ¿cree de verdad que las libertades que tenemos hoy en día significan que estamos en decadencia? Si no fue el fin de los tiempos cuando la Iglesia torturaba y mataba personas por estudiar ciencia y quemaba libros en plazas públicas, si no fue el fin de los tiempos cuando estaba prohibido en la ley ser homosexual o cuando no dejaban a los negros casarse con blancos, si no fue el fin de los tiempos cuando se les prohibía a las mujeres divorciarse aunque su esposo las golpeara y maltratara, o cuando quemaban a gente viva solo por la acusación de brujería sin ninguna prueba... Si no fue el fin del mundo cuando humanos esclavizaban humanos sin ley alguna que los defendiera e incluso con "aval de Dios" o se podía vender a tus hijas por algunos bienes sin problema alguno, o cuando libraban guerras por pura costumbre… si no fue el fin de los tiempos entonces, creo que la generación de nuestro tiempo sale muy bien librada.