Acabo de leer la noticia de una mujer en Haití, que fue
rescatada de entre las ruinas de un super mercado, después de siete días de
permanecer sepultada. Esta joven de 25 años fue rescatada contra toda esperanza
de encontrar a alguien vivo después de tantos días sin comida ni agua. Yo no me
puedo imaginar la felicidad de Hoteline (la mujer salvada) pero tampoco de los
rescatistas, al encontrar a alguien vivo en esas circunstancias.
Lo que más sorprende de la noticia
es que salió sonriente, y cuando la transportaban a una ambulancia para ser
atendida, la muchacha entonó una canción de agradecimiento para sus
socorristas. Eso a mí me emociona muchísimo. Si yo hubiera sido uno de los
socorristas, probablemente me hubiera puesto a llorar de alegría.
La verdad, esta haitiana se acaba
de convertir en un ejemplo para mí. Espero yo poder ser de la misma manera ante
alguna tragedia igual. Si en algún momento de mi vida me quedo encerrado entre
piedras, sin comer y sin tomar absolutamente nada durante siete días seguidos,
y cuando salga de ahí estoy sonriendo y cantando... entonces voy a haber
demostrado que en verdad soy una persona feliz, positiva y agradecida con la
vida.
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