Si miras bien, siempre hay luz.


En la televisión vi, hace algunos años, un comercial de Coca-Cola en el que salía un muchacho comprando uno de estos refrescos en una maquina de bebidas y por algún problema se iba la luz en todo el edificio. Mostraban algunos eventos que fueron resultado de este incidente; del único que me acuerdo era el de una pareja que se quedaba encerrada en un elevador y empezaba a besarse, pero el punto era que mostraban cómo la gente aprovechaba la situación para su beneficio. El slogan al final del anuncio era "si miras bien, siempre hay luz".

Desde la primera vez que lo vi, siempre me quedé pensando en el excelente mensaje que mostraba la publicidad. Cada vez que sucede algo malo (o aún en los buenos tiempos), siempre hay dos maneras de ver las cosas: de manera positiva o negativa; y la manera de ver las cosas afecta mucho nuestro estado de ánimo y nuestras decisiones (aunque muchas veces pienso que es nuestro estado de ánimo lo que nos lleva a ver las cosas de manera diferente y a tomar tal o cual decisión). Algo de lo que sí estoy seguro es que siendo, o tratando de ser, positivos en cada momento nos lleva a ser más felices y a generar oportunidades que nos ayuden para nuestro bienestar.

Recuerdo una muy buena amiga a la que alguna vez le mencioné que era muy bueno ser positivo. Ella me decía que era negativa en la manera de ver las cosas, pero que así era ella, y que aunque a veces sus amigas le reprochaban eso, ella seguía siendo así y hasta prefería ser así. Decía que no le gustaba el sentimiento de estar entusiasmada y que luego le tumbaran sus planes. Entonces mejor se esperaba lo peor y así muchas veces le daban una grata sorpresa o al fin no le afectaba mucho lo que sucediera porque ya se lo esperaba. A mí de verdad me sorprendía (y me sorprende aún) como era posible que gente pensara de esa manera. Traté de hacerle ver de diferentes maneras que es mucho mejor ser positivo, pero ella seguía firme. Se me ocurrió una metáfora muy tonta, le dije: eso que me dices es como si prefirieras comer pura comida que sepa muy mal, para así evitar tener un mal momento en el caso de que algún día llegaras a comer algo que no te gustara, porque como quiera ya estarías acostumbrada, en vez de comer siempre comida rica y "sufrir" en el momento que te den de comer algo desagradable. En ese momento mi amiga se empezó a reír, y reflexionó un poco. Después me dijo, pues sí, tienes razón, es mejor ser positivo y ver las cosas con buena cara, pero la verdad es que no creo que pueda cambiar. Yo en ese instante me reí muchísimo. Le dije que en verdad no tenía remedio. Ella se dio cuenta inmediatamente de su postura, se rió también y luego dijo, ok déjame decirlo otra vez: sí es cierto que es mejor ser positivo, y voy a intentar ser asi de ahora en adelante. Bueno, pensé yo, ese es el primer paso.

En la copa mundial de fútbol del 2006 México jugó contra Argentina en octavos de final. Perdimos 2-1 en tiempos extra. Todos estábamos muy tristes, sobretodo porque íbamos ganando 1 por 0 en algún momento del partido. Pero a mí no me molestaba tanto el haber perdido, sino los comentarios de amigos y conocidos míos, desde días antes de que se jugara el partido, de que era obvio que íbamos a perder. Yo no soporto a la gente que piensa así. Les decía que por lo menos tuvieran la esperanza, que hay que tener un poquito de fe y llegar con ánimos a ver el juego. La mayoría de la gente me decía que no fuera iluso. Pero lo peor que escuché (y no fue sólo una persona, sino tres o cuatro) que dijeran fue "hay que ser realistas". ¡¿Cómo?! No lo podía creer. ¿Ser realistas? ¡Pero si el juego todavía no se jugaba! Podrían decir que Argentina tenía un mejor equipo (y yo aún eso lo dudaría) o que era difícil ganar, eso sí sería ser realista, pero decir que íbamos a perder, ¿cómo podía ser eso realista? ¿Cuántas veces se ha visto que en un partido gana el equipo con menos posibilidades de ganar? La realidad es algo que es un hecho, y no era un hecho que íbamos a perder. Es un hecho hoy, pero no entonces (antes de que se jugara el partido).

¿Por qué somos así los mexicanos? Siento que tenemos un complejo de inferioridad muy pronunciado que no nos deja creer que podemos hacer muchas cosas de las que somos capaces. No hablo de ser positivo en le sentido de estar siempre riendo, o tomar los problemas a la ligera o de tomar las tragedias como si fueran comedias. Hablo simplemente de ver el futuro con más ánimo, sobre todo cuando no sabemos qué puede pasar. Hablo de ser optimistas, no dejar de intentar algo por pensar que es difícil realizarlo. Siempre estoy discutiendo con esas personas que les gusta decir que las cosas van a salir mal. Lo peor es que se burlan de uno cuando sí salen mal. Yo me defiendo diciendo que por lo menos no estuve lamentándome antes de que el evento sucediera, y que para ellos nunca estuvo la posibilidad de algo bueno. Les digo y les repito que el miedo atrae lo malo. Que no es solo ser positivo para tener fe e ilusión, sino porque en verdad ser negativo afecta el ánimo, y el alma. Pero obviamente la mentalidad de esas personas no la logro cambiar.

Cuánta gente creyó que Michael Phelps no iba a poder ganar las 8 medallas que se propuso a ganar. Él mismo lo dice en su libro: aquellos que dudan me están ayudando, porque más me esfuerzo en demostrar que sí puedo. Creer que uno mismo no logrará algo puede ser causa del realismo del que hablaba la gente que mencioné más arriba, pero pensar que alguien más no podrá realizar algo sólo porque nosotros mismos no podemos o porque nadie antes lo ha hecho, eso lo catalogo mucho más bajo. Cuántas historias hay de gente que logra hazañas llamadas, erróneamente, imposibles. ¿Por qué no podemos ser nosotros más optimistas y creer que sí es posible aquello que deseamos? ¿Por qué nos cuesta tanto trabajo tener fe en que puedan salir nuestros proyectos y nuestros deseos como queremos? Yo creo que si pensáramos más en que algo bueno puede suceder, en vez de las en posibles razones por las que aquello no pudiera suceder (mas las razones inexistentes que nos inventamos), podríamos no solo lograr muchas más cosas sino vivir la vida mas a gusto.


Hay tantas frases que me gustan con respecto a este tema, que no sabría con cuál terminar: "como no sabían que era imposible, lo hicieron", "no te des por vencido, ni aun vencido", "no hay peor lucha que la que no se hace", "si lo intentas, puede que fracases, si no lo intentas ya fracasaste". Me quedo con una frase que escuché alguna vez: cuesta exactamente lo mismo ser optimista que ser pesimista.


2 comentarios:

Unknown dijo...

Claro! todo depende del cristal con que se mira. Los mexicanos no es que seamos pesimistas, creo mas bien que ya estamos siscados y por eso casi siempre antes de que ocurra un evento (el que sea) anteponemos que algo malo sucedera.

Saludos
Sergio Albatros Sanchez

José María Hdz dijo...

Hola Sergio, primero que nada muchas gracias por comentar. Tienes razón con lo de que todo depende, pero aun asi el que estemos siscados no quita que seamos pesimistas. Me gustaría que nos quitaramos esos pensamientos de que algo malo sucederá, y en vez de eso vieramos con más animo las posibilidades, aunque sean minimas, de lo bueno que pueda suceder.

Saludos, ánimo.