Acaba de terminar el partido de
la final de la copa del mundo. Ganó España. Les envío una felicitación a mis
amigos españoles, Jordi, Pablo, Virginia, Nere y Ana. Enhorabuena. Méndigo
pulpo tenía razón.
Ahora, después de toda
felicitación, bien merecida, yo lo que quiero reclamar es la pésima actitud que
tienen los dirigentes del futbol mundial, los jugadores y los árbitros. No
recuerdo haber visto un mundial con tantas faltas de parte de los jugadores y
con tantos errores de los árbitros. Desde el primer partido hasta el último. El
fútbol para mi gusto está demostrando ser un deporte injusto, corrupto y
primitivo.
Empezando con la actitud de los
futbolistas que faulean sin deshonra en todo momento. Cuando el jugador
oponente los venció, rebaso o fintó y quedan solos para hacer una buena jugada,
el contrario no duda en faulearlo para evitar el ataque. Esto claramente queda
penalizado, pero no hay penalización tan fuerte que pueda darle la ventaja de
un gol que pudo haber metido el jugador. Sí, no se sabe si iba a meter gol o
no, pero pregúntale al que cometió el faul por qué recurrió a eso, sin duda es
porque tuvo mucho miedo de dejar al jugador solo contra el portero o alguna
situación en la que fácilmente hubiera anotado un gol. Háganme el favor de
contar cuantos fauls hay en un partido de futbol; y cuenten no solo los que
marca el árbitro, vean bien como los futbolistas recurren al faul a cada
oportunidad. El jugador uruguayo Luis Alberto Suarez detuvo el gol que le daba
la victoria a Ghana ¡con las manos! Sí, le sacaron tarjeta roja y marcaron el
penal, que falló el jugador ghanés, pero la pelota iba inevitablemente adentro
de la portería, y esa trampa les quitó la victoria; lo peor es que al final del
partido, que se decidió en penales, los jugadores uruguayos ¡levantan en
hombros a Suarez! festejando su trampa por que les dio la el triunfo; vergüenza
les debería de dar, ganar de esa manera. Hasta los brasileños fueron
favorecidos al no haber sido marcadas dos manos clarísimas de Robinho que
culminaron en gol, y que incluso el árbitro descaradamente comentó con el
jugador después de la jugada. Así de descarada es la trampa en este juego.
Después viene la otra parte de esa corrupción. No es solo que el futbolista
fauls al contrincante, sino que los propios jugadores se dejan caer a cada
oportunidad esperando que el árbitro marque un faul inexistente. O sea que no
solo son los fauls que cometen los jugadores sino los que no cometen pero que
finge y que hay veces que el árbitro cree (un claro ejemplo de esto sucedió
justamente en este partido de la final, donde Iniesta pisó a un jugador
holandés que quería quitarle el balón, pero Iniesta se dejó caer y parecía que
lo hubieran pateado, y el faul fue marcado a favor de España). Tratar de
engañar, o peor, engañar fingiendo un faul, que de por sí se cometen por
montones, es una actitud totalmente antideportiva que no va para nada con el
espíritu de competencia que se debe de tener en un torneo con tanta categoría
como lo es la copa del mundo. Por si no fuera poco, los árbitros, sobre todo en
este mundial, han estado dando una pésima actuación en los partidos. Ha habido
errores garrafales que han influido fuertemente en el resultado de los
partidos. A Inglaterra no le marcaron el gol del empate contra Alemania. A
México le metieron un gol que había sido fuera de lugar indiscutiblemente, pero
que el árbitro no marcó. A Italia no le marcaron un gol contra Eslovaquia donde
un jugador paró el balón de entrar al fondo de la portería pero que tenia la
rodilla adentro de marco, y fue ahí donde rebotó el balón. Hubo muchísimos
fauls que no marcaron y que tuvieron lugar en jugada de gol. Sacaron tarjetas amarillas
(más adelante hablaré de esto) en fauls no tan fuertes, y no la sacaron en
otros fauls que ameritaban tarjeta roja.
No les echó la culpa totalmente a
los árbitros, ya que es impensable que no puedan cometer errores; pero sí les
echo la culpa a los dirigentes del fútbol mundial. Los acuso de corruptos e
impertinentes al no querer incluir tecnología en un deporte que es de afición
mundial y que crea tanta pasión. ¿Por qué no quieren utilizar las herramientas
para hacer más justa la toma de decisiones? ¿Por qué se reúsan a revisar las
jugadas para rectificar que el fallo del árbitro sea el correcto? No es de
sorprenderse que el árbitro a veces no marque correctamente, ya que algunas
jugadas incluso con la repetición de cámara lenta son muy dudosas, pero por qué
se empeñan en dejar las cosas como están después de tan irrefutable evidencia
de la carencia de justicia. A mí no me cabe en la cabeza otra razón que la de
la corrupción del fútbol. Sin esas evidencias se puede controlar más los
resultados de los partidos.
¿Cuántas veces más vamos a hablar
de una 'mano de dios', que hasta parece que lo dicen con orgullo los argentinos?
¿Cuántas veces vamos a dudar de la real victoria del campeón del mundo?
¿Cuántas veces vamos a culpar la derrota a la nacionalidad del árbitro? La
mayoría de los deportes mundiales recurre a la tecnología para minimizar la
posibilidad de error en la marcación.
Lo que yo propondría, si pesara
mi opinión dentro de este debate sería, en primer lugar, usar absolutamente
toda la tecnología posible para detectar los errores humanos que se puedan
cometer: le pondría el famoso chip al balón con el que se detecta si la pelota
entró o no en la portería y usaría las repeticiones en cámara lenta con un
equipo de árbitros que estuviera revisando únicamente eso y que apoyara al
árbitro central en la toma de decisiones. Aparte de esto, cambiaría una regla:
no sería decisión del árbitro si se saca una tarjeta amarilla o no, cada faul
cometido sería acreedor a una tarjeta amarilla, dejando todavía a discreción
del árbitro si amerita la tarjeta roja. Tal vez cambiaria de dos a tres el
número de tarjetas amarillas que ameritan la expulsión, pero no creo que sea
suficiente penalización el tiro libre para un faul que pueda terminar en gol.
Si se exige el cumplimiento del reglamento con tal rigor, estoy seguro que
bajaría en un importante porcentaje el número de fauls que se cometen en el
partido, y se respetaría más este bello deporte del que todos los países son
fanáticos.
Me da pena decir que creo que el
futbol es un cochinero, que está lleno de jugadores con bajo espíritu
deportista, y que con cada partido que se juegue sin intentar minimizar los
errores arbitrales, se desprestigia más. Me quedo con un muy mal sabor de boca
después de ver y analizar este mundial.
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