Ochenta Años del Palacio de Bellas Artes

En realidad el Palacio de las Bellas Artes de la Ciudad de México debería de tener más de 100 años de antigüedad. Pero su construcción se vio suspendida mas de 20 años, primero por falta de recursos, luego por la Revolución Mexicana. A pesar de que se intentó durante 30 años concluir su construcción, no fue sino hasta 1934 que se inauguró; un 29 de septiembre. 

Dos arquitectos forman parte importante de este edificio. Primero, su diseñador original, Adamo Boari, de origen italiano. Cabe mencionar que aparte de arquitecto tenía también el título de ingeniero civil. Boari no vivió para ver su obra terminada, ya que volvió a Europa en 1916, y aunque seguía enviando aportaciones para la finalización del proyecto, este no fue concluido. Boari murió en 1928, 6 años antes de la conclusión de la obra. Por esta razón, en 1930 el presidente Pascual Ortiz Rubio le encargó al arquitecto Federico Ernesto Marsical que terminara el "Teatro Nacional", que era como iba a ser llamo originalmente, sin embargo, en 1932 la obra fue revitalizada con la instrucción de que el edificio fuera más que un teatro: debía ser "...asiento de una institución nacional de carácter artístico". Debía albergar varios museos, y fue por eso que se le cambió el nombre a Palacio de Bellas Artes. 

El Palacio de Bellas Artes fue construido para sustituir el antiguo Teatro Nacional (de ahi que se pensara en que funcionara para exactamente lo mismo, y se le diera el mismo nombre en un inicio). La idea original era remodelar el aintuguo teatro, pero en aras de embellecer la ciudad, el presidente Porfirio Díaz ordenó que se demoliera el antiguo teatro y se construyera uno nuevo. El diseño se tenía listo en 1901, para comenzar su construcción en 1904 y terminarla 4 años después, para que  estuviera listo en el centenario de la independencia de México, en 1910.

El edificio está hecho con estructura de acero, recubierto con fachadas de mármol blanco, lo que lo hacen sumamente pesado y por lo que se hunde más rápido que el resto de la ciudad. Hoy en día se tiene que descender más de un metro para entrar al recinto. La gran cúpula es un armazón de metal, recubierto con nervaduras de cobre, laminillas de ónix translúcido y cerámica. Su belleza es excepcional. 
Dentro hay obras de diferentes artistas mexicanos, entre los cuales destacan Diego Rivera, Siqueiros, Rufino Tamayo y Jorge González Camarena.  El telón, hecho de cristales opalescentes pesa 24 toneladas; fue diseñado por Harry Stoner, de la casa Tiffany de Nueva York, y muestra los volcanes nevados de Popocatépetl e Iztaccíhuatl vistos a traves de un ventanal.

En 1987, la Unesco declaró Monumento Artístico al Palacio de Bellas Artes. 

El Palacio de Bellas Artes es un edificio digno de visitarse para admirar su belleza y lo que representa: todo un símbolo de la cultura y arte mexicano.






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